El matrimonio formado por Manuel Castillo y Charo Pedrosa ha sido el “alma máter” de Electrónica Castillo, servicio oficial en el Vallès Occidental y Anoia de Panasonic y Technics desde 1980. Después de casi cuatro décadas de historia, el veterano establecimiento (situado en la carretera de Rellinars), está a punto de cerrar sus puertas por la jubilación de sus titulares; Manuel lo hizo hace tres años y a Charo, que se quedó entonces al frente del negocio, le ha tocado el turno ahora. Sus dos hijos han enfocado su vida profesional hacia otros campos, y el negocio no tendrá continuidad familiar.
Inicialmente, comenta Charo Pedrosa, la idea es cerrar aunque -añade- están realizando gestiones para intentar su continuidad mediante un traspaso. “Llevamos toda la vida aquí, es nuestra obra, y nos sabe muy mal que la actividad no continúe. Aún tenemos esperanza de que alguien se quiera embarcar en esta aventura”, dice Charo Pedrosa.
Han realizado, en este sentido, algunas gestiones y también piensan ponerse en contacto con el programa de Reempresa de Cecot, que enlaza a empresarios que ceden en el negocio con nuevos emprendedores. Electrónica Castillo abrió después de que cerrase Electricitat Costa, en la calle de Salmerón, donde trabajaba Manuel Castillo. Éste se quedó en traspaso el taller y las marcas Panasonic y Technics, que gestionaba Costa. En la calle de Salmerón, el negocio siguió cinco años más hasta que se trasladó a la carretera de Rellinars, donde ha permanecido hasta ahora. Además de trabajar con Panasonic y Technics como servicio oficial, este negocio se ha centrado en la reparación, así como la comercialización de accesorios y consumibles de todo tipo de electrodomésticos de la denominada línea marrón (vídeo-audio).
“Hemos tenido la oportunidad de vivir el paso del sistema analógico al digital y lo hemos hecho muy intensamente, adaptándonos siempre a los nuevos tiempos”, comenta Charo Pedrosa. Todos estos años, Pedrosa se ha centrado en la gestión . Su marido, que es reparador electrónico desde que tenía 17 años y un auténtico apasionado de su profesión, se ha responsabilizado de la parte técnica, con el soporte siempre de dos empleados como mínimo. Ha sido una combinación que ha funcionado perfectamente.
Una cartera fidelizada
“El negocio está en pleno funcionamiento. Tenemos una cartera de clientes amplia y fidelizada porque siempre hemos cuidado mucho la atención al cliente”, comenta esta empresaria. Como anécdota recuerda que uno de los momentos álgido del negocio coincidió con la aparición del vídeo porque estos aparatos necesitaban un “constante mantenimiento”. En la hora del adiós quieren agradecer la fidelidad mostrada por “clientes y proveedores durante tantísimos años, así como a todos los trabajadores” que han pasado por este conocido comercio terrassense.