La Fira Expocerimònia cerró su nueva edición, la número 23, con éxito. El salón dedicado a bodas se celebró el fin de semana en el recinto del Passeig del 22 de Juliol y recibió más de dos mil personas, la mayoría de ellas parejas jóvenes que desean casarse este año. En esta edición, la feria reunió a más de cuarenta expositores y volvió a presentar desfiles de vestidos y complementos.
Expocerimònia es una de las ferias comerciales con mayor tradición y, por tanto, más consolidada. Este año, el evento reunió a 47 empresas dedicadas a la celebración de bodas y por extensión a bautizos y comuniones. Firmas del sector de la restauración, moda y complementos, joyerías, regalos, agencias de viajes, fotografía y hoteles se dieron cita en un solo espacio y mostraron su catálogo de servicios. Y lo más importante, sus responsables explicaron su oferta de modo presencial a sus clientes.
La petición del cliente
Sheila Meléndez, de 25 años, y Ruben Parra, de 29, de Terrassa, visitaban la feria con vistas a que quieren casarse este año. La pareja contó que optaba por una celebración tradicional. “Nos gustaría una celebración clásica pero sencilla. Queremos una boda civil y un banquete en un restaurante con jardines”. Para esta pareja, Expocerimònia es una buena iniciativa “porque todo lo que necesitas está en un solo espacio y, cuando acabas la visita, puedes tener una idea aproximada de lo que ofrecen las empresas y el presupuesto que necesitas”.
Emma Jorquera y David Gorrea, ambos de 29 años, que también se casaran este año, tenían ya una propuesta muy definida sobre su boda. “Nosotros buscamos una masía rural con una capacidad para unas setenta personas. Nuestro deseo es celebrar la fiesta de la boda y compartirla el máximo de horas con amigos y familiares. De ahí que pensamos en una casa en la montaña, que sea adecuada para ello y con unos precios ajustados”. Emma y David también valoraron el evento de Terrassa como una oportunidad para conocer de cerca los servicios del sector.
Un sector, cabe decir, que se adapta a los deseos de sus clientes que son diversos y variados pero que también se renueva. Natalia Sánchez y Alba Ortiz, de Natalia’s Event, que organizó el desfile de trajes de la tienda Caterina, indicaron que “las novias piden vestidos clásicos pero este clasicismo también incorpora cambios. Ahora, la tendencia es vestir a una novia muy romántica, con estilo “retro” y acompañada de un ramo de flores en cascada”.
Banquetes informales
En restauración, Cristina Molina, directora comercial del Restaurante Ristol de Viladecavalls, manifestó que “el ochenta por ciento de las parejas siguen solicitando banquetes tradicionales pero el modelo ha variado. En la actualidad se pide mucho una celebración informal de modo que novios e invitados puedan interactuar rompiendo con la disposición clásica de las mesas asignadas”.
En este ámbito de los banquetes también hubo empresas que mostraban lugares de ensueño como la Casa Periques, del siglo XIII, en el Berguedà. Los gestores, Clara Pallarà y Josep Comellas, que debutaban en la feria, destacaron “el valor añadido que suponía celebrar el enlace en un edificio gótico”.
En viajes de novios se demandan Caribe y Tailandia aunque han emergido con fuerza Nueva York y Japón. Maria Lluïsa y Anabel, asesoras de viaje de la agencia Nautalia, añadieron que “estos destinos son los preferidos y que se han mantenido incluso con la crisis. Y es que el viaje de novios es muy especial”, constataron.