El concejal de Territorio y Sostenibilidad, Marc Armengol, compareció ayer junto con los portavoces del equipo de gobierno, Alfredo Vega (PSC) y Miquel Sàmper (CiU) para reiterar su profundo malestar por el voto en contra de la oposición (ERC-MES, TeC, CUP y Ciutadans; PP se abstuvo) en la propuesta de renovación de la flota de autobuses de Tmesa.
Armengol, visiblemente disgustado, se mostró muy crítico con los partidos que no dieron su apoyo. Calificó su postura de “irresponsable” para añadir que “no entiendo el cinismo con el que han actuado sino es con el objetivo de hacer una oposición destructiva”. El teniente de alcalde se remitió a que, cuando la propuesta se debatió en comisión informativa, la oposición se abstuvo por lo que el equipo de gobierno dio por sentado que esta misma votación se daría en el pleno pero no fue así sino que recibió el voto en contra.
“Un castigo a la ciudadanía”
El portavoz socialista del equipo de gobierno, Alfredo Vega, se reafirmó en las palabras de Armengol y cuestionó el papel de la oposición. “En democracia todo es válido, pero debe haber responsabilidad y espíritu constructivo”. Vega consideró que “la oposición ha utilizado mecanismos democráticos para castigar al equipo de gobierno pero, en realidad, ha castigado a la ciudadanía porque se ha paralizado una propuesta que pretendía renovar la flota de autobuses , una operación que es muy necesaria. Estamos hablando de servicios públicos”.
Por su parte, el portavoz de Convergència, Miquel Sàmper, se manifestó en la misma línea. Culpó a la oposición de lo ocurrido y dijo estar perplejo. “Me preocupa que los partidos canvien de criterio. Si uno da su palabra, la debe mantener. Lo que se ha producido es un engaño, una mentira. El perjudicado es el ciudado”.
Armengol explicó que volverán a reunirse con la oposición para encauzar el tema y acercar posiciones. Vega añadió que, en principio, volverán a defender su propuesta por considerar que “es valiente, sensata y prudente” frente a la de la TeC que “es un brindis al sol”, según añadió Armengol, al tiempo que les invitó a “rebajar las expectativas”.