Un conductor se negó de forma rotunda, según la policía, a soplar en las pruebas de alcoholemia, y terminó detenido el domingo. Lo habían interceptado en Ègara.
El coche que manejaba circulaba de manera errática. A las tres de la madrugada lo vio un agente de la Policía Municipal en la calle de la Ciutat de Pàmiers, y lo paró.
Los guardias le pidieron la documentación y tardaron poco en notar en el conductor síntomas de ebriedad alcohólica, por lo que instaron al individuo a que soplase en el aparato de medición orientativa. Lo hizo, y el resultado arrojado en ese test, de 0,89 miligramos de alcohol por litro de aire espirado, motivó que un coche patrulla trasladase al hombre a la Jefatura para que realizase allí las pruebas de precisión. Llegado el momento, se negó en rotundo a soplar, según la policía, y se puso agresivo, y fue detenido porque esa negativa es constitutiva de delito. Además, el conductor no tenía carné por pérdida de vigencia. El coche fue retirado por una grúa de Egarvia.
El cuerpo local abrió diligencias penales también a otro conductor cuyo vehículo impactó contra otro coche el sábado, a las cuatro de la madrugada, en la calle de Carrasco i Formiguera (Roc Blanc). Un testigo avisó a la policía y unos guardias se presentaron en el lugar y vieron el coche, que había quedado inmovilizado mecánicamente por la colisión. Las pruebas de alcoholemia de precisión dieron resultados de 0,59 y 0,58 miligramos.
El mismo sábado, por la tarde, fue imputado otro conductor. Habían visto su coche circular, zigzagueando, por la calle de Europa (Can Parellada). Un agente lo encontró tras la llamada de un testigo y las pruebas que el conductor efectuó arrojaron resultados de 0,72 y 0,74 miligramos. Un testimonio de la conducción temeraria había sido agredido por el conductor, que le soltó un puñetazo y le rompió las gafas. La víctima anunció a los agentes su intención de denunciar la agresión.
Más diligencias penales
La policía debió abrir más diligencias penales el sábado por motivos de tráfico. A las once de la noche una dotación de patrulla ordinaria paró un coche y pidió la documentación al individuo que lo conducía. Los agentes comprobaron que no tenía permiso en vigor porque había perdido todos los puntos y no había realizado el curso de sensibilización preceptivo.
A la imputación referida se le sumó una ristra de denuncias administrativas, pues el coche carecía de seguro obligatorio y de ITV en vigor. Luego, al hacer las pruebas, el individuo dio positivo, con tasas de 0,47 y 0,38 miligramos, lo que le acarreó otra denuncia administrativa.