Esclarecer un crimen es componer un rompecabezas. Sobre todo, esclarecer un asesinato doble, con cáracter de ajuste de cuentas. Los Mossos d’Esquadra tratan de montar el puzle del homicidio de dos personas el lunes en Roc Blanc, y ayer dieron el primer paso en forma de detenciones. Arrestaron a los tres individuos que presuntamente habían escapado del tiroteo por una ventana. Los tres son georgianos, como los fallecidos. Una víctima tenía 31 años. La otra, 46.
El número 6 de la calle de Nàpols, una vía de apenas cien metros de longitud, a poco de la frontera con Viladecavalls, es un edificio con un local en los bajos y dos plantas superiores. En el primer piso vivía una pareja georgiana con su hija, de unos 7 años, desde hacía unos cinco años; otro hombre los acompañaba cada dos por tres, según vecinos de la zona. En el segundo reside una familia dominicana. Una de las moradoras de ese segundo escuchó el lunes, poco antes de las seis de la tarde, un estruendo raro, como de estampida, como una mezcolanza entre disparos y gritos, algo seco pero potente. Y vio a tres tipos correr por un patio interior. Asustada, paralizada, llamó por teléfono a su hermano, que estaba trabajando, y éste avisó a la policía. Los mossos recibieron el aviso a las 5.57.
Arribaron las primeras dotaciones policiales. Dejaron atrás la puerta blanca de aluminio del bloque y ascendieron hasta el primer piso. La puerta de la vivienda estaba cerrada, y la derribaron. Tras el vestíbulo había dos cuerpos en medio de charcos de sangre.
A los pocos minutos la calle de Nàpols se llenó de policía. La esquina de la calle de Fiñana con la de Bailén quedó cortada al tráfico, y la de Nàpols con Sicília. Sólo se permitía el paso a los vecinos que, atónitos, presenciaban el operativo policial a las puertas de sus casas y empezaban a saber, por internet, que allí mismo, en un piso, dos personas habían muerto a balazos. La policía científica inspeccionó palmo a palmo el domicilio y el Àrea d’Investigació Criminal de la Regió Metropolitana Nord empezó a recopilar información. Se supo que en el mismo piso había entrado el Cuerpo Nacional de Policía poco antes del verano pasado durante una redada en varias ciudades.
Cinco segundos
El lunes había cinco personas, cinco hombres, en la vivienda. La mujer que residía allí, y su hija, no estaban. Pasan las navidades en su país, en Georgia. Según las primeras informaciones, los cinco individuos estaban comiendo cuando alguien llamó al timbre. Uno abrió la puerta y subió las escaleras. El tiroteo duró apenas cinco segundos.
Dos hombres fueron abatidos a tiros por el asaltante. Según fuentes próximas al caso, uno presentaba orificios de bala en la cabeza. Otro, en otras partes del cuerpo. Los otros tres, dos de ellos conocidos del vecindario por sus visitas a la vivienda, huyeron por una ventana a un patio interior. O fingieron huir. Luego, según las mismas fuentes, cuando ya estaba allí la policía, regresaron. Y los mossos los identificaron, y los trasladaron a la comisaría. Los pusieron en tres salas diferentes, por separado. Horas después, ya no eran testigos de un crimen doble. Estaban detenidos.
Los arrestaron oficialmente ayer, de madrugada, por su presunta implicación en el asesinato. La versión de la huida por la ventana, pues, se tambaleaba, pero las investigaciones determinarán el grado de presunto involucramiento de cada uno en el tiroteo. Pocas horas antes, a las 11.20 de la noche, los cadáveres habían sido trasladados desde la vivienda al tanatorio de Collserola, para su examen forense.