En Roc Blanc mataron ayer a dos personas. A dos hombres. Fueron abatidos a tiros en una vivienda, un primer piso de la calle de Nàpols. El autor de los disparos huyó, y anoche lo buscaban los Mossos d’Esquadra. Al parecer, los fallecidos procedían del Este de Europa. Fuentes próximas a la investigación indicaron que eran originarios de Georgia, y que otros tres individuos escaparon con vida al saltar por una ventana interior. Luego la policía los identificó y les tomó declaración.
Los cinco estaban comiendo en el piso, ubicado en la primera planta de las dos superiores de que consta el edificio, en cuyos bajos hay un taller mecánico. Allí, en el número 6 de la calle de Nàpols, irrumpió un tipo poco antes de las seis de la tarde. Se desconoce cómo entró, si llamó al timbre, si se hizo pasar por otra persona, si las víctimas lo conocían de antemano. A tenor de los indicios, las víctimas le abrieron la puerta.
Entró en el bloque, subió al piso. Iba pertrechado con un arma de fuego, con una pistola. La acción fue de una rapidez inusitada. Tan pronto pisó el sujeto la entrada, se desencadenó la lluvia de disparos.
Dos de los hombres fueron sorprendidos por el asesino, alguien ducho en este tipo de asaltos, por lo que parece. Las mismas fuentes señalaron que uno de los fallecidos tenía un orificio de bala en la cabeza. El otro, balazos en otras partes del cuerpo.
Otras tres personas se giraron, echaron a correr y escaparon por donde pudieron, por una ventana que da a un patio interior. Salvaron la vida por los pelos. Según parece, huyeron de la zona pero después regresaron, y fue entonces cuando los mossos los retuvieron e identificaron. Y los trasladaron a la comisaría de Can Tusell para tomarles declaración.
Gritos
Los dos muertos, de entre 30 y 40 años, yacían en el suelo de la vivienda. Alguien de la vecindad oyó gritos, una andanada de chillidos que semejaban una discusión, y luego unas detonaciones. Llamó a la policía. Los Mossos d’Esquadra recibieron el aviso a las 5.57 de la tarde y enviaron a varias dotaciones a la calle de Nàpols, en el tramo comprendido entre la de Sicília y la de Fiñana. En la última manzana de viviendas de Terrassa en el sector limítrofe con Can Trias, con Viladecavalls.
El asesino se había esfumado. Cuando los primeros agentes en llegar al edificio entraron en el piso, vieron los dos cadáveres ensangrentados. Los tres testigos, los que habían podido huir del tiroteo, fueron identificados por los mossos.
La calle de Nàpols se llenó de policía. Furgones con agentes del Àrea de Recursos Operatius (ARRO) acordonaban la zona mientras agentes de la policía científica inspeccionaban el domicilio, iban y venían, subían y bajaban. Guardias de la Policía Municipal prestaron colaboración, sobre todo en tareas de corte de tráfico, también en la calle de Fiñana.
“No parecía gente conflictiva, aunque a veces sí hacían fiestas”, declaró un vecino. Sin embargo, anoche trascendió que moradores de la vivienda asaltada ayer habían estado ya en el punto de mira de la policía, aunque no ha quedado confirmado que se tratase de las víctimas del ataque. Según fuentes cercanas a las pesquisas, agentes del Cuerpo Nacional de Policía llevaron a cabo una redada en el piso poco antes del verano pasado en un operativo contra un presunto grupo organizado de delincuentes. El Àrea d’Investigació Criminal de la Regió Metropolitana Nord de los mossos se ha hecho cargo de la investigación del doble crimen, y cotejará los datos de otras investigaciones para establecer nexos, si los hay, en una indagación que se presume dificultosa.
Las hipótesis barajadas por los investigadores son varias, pero la principal se sustenta en el ajuste de cuentas como móvil de mayor peso. Nada más ser hallados los cadáveres, los mossos difundieron la información y decenas de agentes montaron un dispositivo de busca que incluyó controles en las salidas principales de Terrassa. Si el asesino se movía en coche, seguramente estaría fuera de la ciudad, habida cuenta de la proximidad del lugar de los hechos con la carretera de Olesa, la C-58 y la C-16.
A partir de las seis, la calle de Nápols debino un hervidero de policías, primero, luego de medios de comunicación, y de vecinos que permanecieron horas asomados s las ventanas o apostados junto al cordón policial para seguir los acontecimientos.
Secreto sumarial
El juzgado de instrucción número 2 de Terrassa, de guardia ayer, se ha hecho cargo de las investigaciones y decretó el secreto sumarial. La inspección de la vivienda fue prolija, y en ella se afanaron los investigadores durante, al menos, cuatro horas. Es de esperar que el registro prosiga hoy. La comisión judicial, que debía autorizar el levantamiento de los cadáveres, llegó a la calle de Nàpols a las 8.30 de la tarde. Al cierre de esta edición, a las once de la noche, los cuerpos aún permanecían en el interior del piso asaltado. La aglomeración de personas junto al cordón policial ya se había disipado.