El crimen del Roc Blanc golpeaba ayer la ciudad cuando se cumple casi un año de la muerte por apuñalamiento de una mujer en Les Arenes a manos de su esposo, que posteriormente se quitó la vida. Fue el único asesinato que vivió Terrassa durante todo el ejercicio 2015 y, como el tiroteo mortal de ayer, ocurrió en enero.
En aquel caso, Sandra M.A., de 39 años, moría apuñalada a manos de su marido, Jesús R.M. de 44 años, en el domicilio familiar mientras su hijo de corta edad dormía a escasos metros. Nada en aquella pareja normal, muy conocida en el barrio, presagiaba un drama de tales dimensiones.
Sólo un mes antes, a finales de noviembre de 2014, la violencia golpeaba de nuevo la demarcación de Terrassa, en este caso en la periferia urbana.
Fue un viernes de madrugada en la urbanización de Les Martines, durante el asalto a una vivienda aislada en pleno bosque. En el atraco con tiroteo, en término de Rubí, el ladrón caía muerto por arma de fuego mientras su compañero lograba huir. El propietario de la vivienda resultó herido de gravedad durante el tiroteo y tuvo que ser intervenido quirúrgicamente.
La crónica negra vivió un nuevo episodio en septiembre de 2012, cuando uno de los propietarios del club New Cabana (C/Orió, polígono de Can Parellada) era víctima de varios disparos.
El empresario fue asaltado sobre las 11 de la noche, cuando abandonaba el establecimiento y se dirigía a su vehículo. Dos hombres motorizados abrieron fuego contra él alcanzándole en el abdomen, donde recibió dos impactos de bala. La víctima sufrió lesiones de gravedad pero en ningún momento se temió por su vida.