A lo mejor fue el espíritu navideño o quizás la buena voluntad de los presentes. Fuese lo que fuese la cuestión es que las 19 propuestas y dictamenes que se presentaron en el último pleno del año se aprobaron. Todas. Algo realmente inusual. Así, el año 2016 arrancará con una congelación en los precios de los parkings públicos y del transporte urbano en general. Así, el Ayuntamiento mantiene las tarifas de los aparcamientos que gestiona y las empresas concesionarias con parkings subterráneos hacen lo propio. Esta decisión se ha tomado en vista de un IPC que vuelve a sufrir una variación interanual negativa, esta vez de entre el 0,7 y el 0,9 por ciento. Algo que si bien justifica para el gobierno esta congelación, debería ser motivo de una rebaja en los precios según el Partido Popular, tal y como lo expresó el portavoz municipal del partido, Gabriel Turmo, durante el último pleno del año que tuvo lugar el martes 22 de diciembre. Por este motivo su partido se abstuvo de la votación, igual que lo hizo la CUP. Con el apoyo del resto de partidos, la moción salió adelante, con lo que las tarifas se mantendrán igual que el año pasado. Así, los aparcamientos de gestión pública (municipales y subterráneos de concesión) seguirán costando entre 0,032 y 0,044 euros el minuto.
El pleno también debatió el mantenimiento de los precios del autobús urbano, cuyos billetes seguirán costando lo mismo con excepción de la T-25, que aumentará 10 céntimos el coste por tarjeta. De nuevo, el PP se abstuvo de la votación por una cuestión de “tradición y coherencia”, pues siguen existiendo unas condiciones a las que afirman no poder dar su apoyo, como la prorroga a la empresa TMESA, una situación que “no es óptima para el servicio” según declaró el líder del PPC de Terrassa, Gabriel Turmo. Y pese a que en este caso la CUP votó a favor, igual que lo hicieran el resto de partidos, se mostró en desacuerdo a la congelación tarifaria y a la subida de un título, pues considera necesario abaratar precios para hacer del transporte público el sistema más usado en la ciudad. De los tres títulos propios de la ciudad solo uno aumentará de precio, pasando de los 18 euros a los 18,10. Por su parte, el Billete sencillo seguirá costando 1,45 y la T-Blanca mantendrá los cuatro niveles de entre 5 y 20 euros según el nivel de renta de los usuarios.
En este caso la formación de ERC-MES presentó una enmienda para que el gobierno estudie cual sería el impacto económico de la universalización de la T-Blanca. Se trata de una tarjeta que, como condiciones de acceso se basa en la renta, pero también en la edad (mayores de 65 en general). Así, el partido pidió un análisis en el que se valore el “impacto económico que tendría para las arcas municipales hacer extensivas las condiciones de acceso al conjunto de la población que cumpla las condiciones de renta, sin tener en cuenta la condición de edad”. De este modo, se universalizaría el título y pasarían a denominarlo “T-Social”. El gobierno recogió la propuesta y quedó aprobada por el pleno.
Inversión extranjera
El Área de Desarrollo Económico, Industria y Ocupación elevó una propuesta de resolución del grupo de Ciutadans a dictamen, que proponía captar inversiones extranjeras para la ciudad. Un hecho insólito, tal y como destacaron tanto el teniente de alcalde del área, Miquel Sàmper, como el miembro del PP Gabriel Turmo, pues nunca antes se había trasladado una propuesta a dictamen de un pleno al posterior.
El objetivo, según Sàmper, es hacer de Terrassa un punto de referencia para atraer nuevas inversiones que refuercen su tejido industrial, pues este sector es capaz de “generar ocupación más estable y de más calidad”. Por eso, afirmó que es necesario reforzar el papel proactivo del Ayuntamiento de Terrassa en la atracción y captación de inversiones extranjeras y en segundo lugar, estudiar la viabilidad de disponer de un equipo que oriente y apoye a los inversores.
Todos los grupos, excepto la CUP, votaron a favor, pues vinieron a decir que difícilmente se puede votar en contra de una propuesta que quiere mejorar la economía. No obstante, desde el PP propusieron vincular la medida a la porción turística y cultural, algo que el equipo de gobierno aceptó. Por su parte, Terrassa en Comú pidió ir “más allá” y realizar también un proyecto, algo que afirman echan en falta en el actual gobierno. También pidieron la “construcción de un relato” para que tanto inversores como ciudadanos sepan de donde vienen y hacia donde van.
En cuanto a la otra propuesta económica, se aprobó por unanimidad la firma de un convenio que permitirá al Consistorio disponer de una subvención de la Diputación de Barcelona de más de 61 mil euros para emplear a unas 45 personas que serán contratadas directamente por las empresas.