Terrassa

Décimos que ya no pueden tocar

No todos los décimos de lotería que se adquieren son de un sorteo próximo, comprados con el deseo de que el nuestro sea un número con premio (que, si no toca, se rompe). También hay personas que venden y compran (o intercambian) billetes de sorteos ya celebrados. Porque existe la loterofilia, esto es, el coleccionismo de billetes no premiados, en los que, al igual que en los sellos, las monedas o los juguetes antiguos, puede aprenderse sobre las circunstancias y la cultura de la sociedad que los produjo. Y la lotería más típica y entrañable, la de Navidad, es la que tiene más coleccionistas. Al tema dedica uno de sus artículos principales -en la sección “El col·leccionisme a internet”, de Santi Rius – el boletín de noviembre-diciembre de la Associació de Col·lecionistes de Terrassa (ACT, ex Grup Filatèlic, Numismàtic i de Col·leccionisme de Terrassa).

El primer sorteo de la “loteria nacional”, en su forma actual, tuvo lugar en Cádiz el 4 de marzo de 1812, por lo que el material coleccionable es inmenso, solo en el Estado español. El neófito con ganas de comenzar en el mundo de la loterofilia debería hacerse con un catálogo. El último editado es el “1950-2011” publicado por Beumer. Hay otros dedicados a períodos específicos 1817-1980, 1960-1983, 1812-1984, temáticos (sorteos del jueves, del zodiaco) y generales, como el “Catálogo de billetes de lotería” que el escritor y coleccionista Jordi Viader publicó el año 2002. Y también de la loteria de la ONCE.

Un décimo de 1818 a 290 euros
Otro primer paso imprescindible es la consulta de la caudalosa web de la Asociación Española de Coleccionistas de Loteria, donde puede encontrarse toda la información posible sobre el tema, y se comprueba lo extendido de esta coleccionismo. Cuenta con un “tablón de anuncios” en el que los particulares ofrecen su material, y una tienda propia de la entidad, que ofrece tanto catálogos como décimos. El más antiguo, y también el de precio más alto, en el momento de la consulta de este diario, era un décimo del sorteo del 30 de julio de 1818, con una rasgadura en el vértice superior izquierdo. Se vendía por “diez reales de vellón”, y ahora se vende por 290 euros. Los billetes del reinado de Isabel II (1834-1868) rondan todos los cien euros.

La web Loterofilia, dedicada en exclusiva a “la compra y venta de lotería nacional”, tiene un apartado específico dedicado a la de navidad. con un décimo de 1921 como pieza más cara, a cuarenta euros. No obstante, es posible montarse una colección con un presupuesto ínfimo, ya que piezas con algunas décadas de antigüedad se mueven entre los céntimos y los cinco euros. Los coleccionistas suelen especializarse en un motivo: números capicúas, un período de años, un décimo de cada número.

Por otra parte, existen diversas webs de coleccionistas en los que muestran su colección, o dedicadas al tema y sus peculiaridades. Así, “Colección de lotería” ofrece historias de aficionados, y curiosidades como la fotografía de un décimo en el que falta uno de los números. Santi Rius recomienda la web de Fabio Pagni, un italiano con links a otros lugares dedicados a la lotería de todo el mundo.

La evolución del diseño
“El diseño de los décimos (que es lo que se colecciona) ha variado mucho desde su inicio”, escribe Rius. “Al principio eran cuatro veces más grandes que los actuales. Además, cada etapa política se ha reflejado de tal manera que, por ejemplo, en tiempos de la República no tenían imágenes cristianas. Desde los años cuarenta del siglo XX, casi cada año se ha escogido para el sorteo de Navidad un tema sobre el Nacimiento de Jesús y, en este sentido, se han incluido obras de grandes pintores, entre los que destacamos el año 2002 que se escogió el Nacimiento de la Sagrada Familia de Antoni Gaudí”.

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