No sólo los conductores hacen pruebas de alcoholemia a instancias de la policía si unos agentes perciben síntomas de ebriedad. También algunos peatones. Uno debió soplar el martes, y dio positivo, y fue denunciado. Estaba parando el tráfico en la calle de Colom, a las 11.30 de la mañana, y una unidad de la Policía Municipal lo identificó y pidió la presencia de otra dotación para que llevase un alcoholímetro. El viandante dio tasas altas en el aparato: 0,85 miligramos en una y 0,83 en otra. La policía le puso una denuncia administrativa y otra por falta de respeto a un agente.