Una mujer pidió el jueves con urgencia la presencia de la policía en su vivienda, en la avenida de Madrid; su gata se había vuelto, de repente, agresiva en extremo, hasta el punto de arañarla en un párpado. La tenía encerrada en una habitación a la que la dueña no podía entrar. Tenía miedo por los niños. Al final, agentes municipales pudieron sacar del piso al felino, que, al parecer, se había asustado por un ruido.