El Centre Cultural Terrassa estrenará algunos de los cambios más significativos que se han ejecutado en los últimos meses en su edificio con una inauguración, por todo lo alto, el próximo sábado. Será el punto de partida para una nueva etapa marcada por la optimización de espacios y por la reivindicación del Cultural como equipamiento abierto a toda la ciudadanía.
Además de la construcción de una flamante nueva cafetería-restaurante, que permitirá que el edificio se abra a la ciudad, el Cultural también ha experimentado otros “retoques” más o menos visibles. Así lo explicó ayer Josep Ribera, director de la Fundació Antiga Caixa Terrassa, acompañado de algunos de los actores que intervendrán en esta nueva etapa del Cultural.
La joya de la corona de las obras, aún en proceso de finalización, es un nuevo restaurant-cafetería diseñado por el arquitecto Jan Baca, bautizado con el nombre de El Cultural. Rafael Blanco y Lluís Rístol se han unido para poner en marcha este “espacio gastronómico represenetativo para la ciudad”, apuntó Lluís Rístol.
La cafetería ofrecerá comidas y cenas desde una perspectiva “divertida y moderna”, mientras que el restaurante servirá cocina catalana con productos de proximidad, con un menú a 18 euros y una carta con la que se podrá comer, de media, por entre 30 y 40 euros.
Asimismo el restaurante utilizará una sala contigua para ofrecer comidas o cenas para grupos de hasta 150 personas. La cafetería contará con doce mesas en el interior, y veinte en la terraza exterior. El restaurante tendrá capacidad para 45 sillas. El espacio cuenta con un techo transparente que permitirá a los comensales divisar una parte de las obras artísticas que se estén exhibiendo en las salas de exposición. Pese al estado inacabado de las obras, se intuye que el espacio será especialmente atractivo y emblemático.
El servicio de cafetería funcionará de martes a domingo, entre las ocho de la mañana y las once de la noche, y el de restaurante estará abierto al mediodía de martes a domingo, y por la noche de miércoles a sábado. Los días de función, se ha instalado un pequeño bar, bautizado como El Baretto, que da al vestíbulo del Cultural.
Inquilinos
El espacio del antiguo restaurante será ocupado por las oficinas del Centre Cultural y de la Fundació Antiga Caixa Terrassa, y en el espacio que han estado ocupando hasta ahora -la cuarta planta del edificio- se instalará una empresa en régimen de alquiler.
El edficio cuenta en la actualidad con trece inquilinos, entre entidades y empresas, tres de los cuales han sido realojados para poder trasladar el Aula Magna a la planta baja. El nuevo emplazamiento permitirá albergar a 150 personas en los diferentes actos que allí se programen. El cambio se ha realizado pensando especialmente en la gente mayor.
Además de continuar con sus actividades habituales, el Cultural quiere potenciar su utilización como espacio para la realización de congresos, ofertando espacios como el auditorio, el aula magna o la sala de actos. Asimismo se podrá utilizar su sala número dos (el centro tiene cinco) para la celebración de actos.
Además de las salas de exposición, cabe recordar la presencia de los frescos de Torres-Garcia en el vestíbulo, junto a los que se ha instalado un nuevo panel explicativo, y también la reciente inauguración de una muestra sobre la pintura de Morera (en el pasillo junto al aula magna) que completa la de escultura en Amics de las Arts.