No eran muy duchos en el asalto o tuvieron más problemas de los esperados. Unos ladrones intentaron robar en dos bares, muy próximos entre sí, el viernes de madrugada. Pero fracasaron en su empeño; al menos en uno de los casos, porque los vecinos gritaron e hicieron huir a los delincuentes. Los dos locales están en La Grípia.
A las 3.20 de la madrugada la propietaria de uno de los establecimientos, situado en la calle de Rosa Sabater, llamó a la Policía Municipal: un vecino la había telefoneado para informarle de que unos tipos habían robado en su bar. Ella se dirigía al local. Lo mismo hicieron dos dotaciones policiales.
Resistencia
La persiana estaba forzada, pero la responsable del establecimiento no echó de menos nada. Los asaltantes no habían conseguido desvalijar el local porque, según manifestaron unos testigos, decidieron huir al toparse con la resistencia del vecindario. Varias personas les gritaron, y los tipos escaparon.
Casualidad o no, hubo otro intento de robo esa misma madrugada a pocos metros, en un bar de la calle de Olot. Al parecer, en esta ocasión los responsables del establecimiento supieron por la mañana que alguien había intentado “visitar” su negocio a destiempo, durante la noche anterior. Había daños en la persiana, mas no llegaron a introducirse en el bar.
Horas antes, la Policía Municipal había identificado a un sospechoso. Alguien lo vio, junto a otro tipo, en la calle de Calaf, golpeando un coche. Unos agentes, que fueron a la zona a raíz de la llamada de un testigo, encontraron a un tipo. Éste admitió que había propinado un golpe a un vehículo durante una discusión con el otro individuo. El sospechoso no tenía nada pendiente con la Justicia, pero sí un antecedente por robo con fuerza.