Un bus de la línea 7 se empotró el jueves contra una salida del futuro aparcamiento de la estación de metro de Can Roca. No hubo heridos entre los pasajeros, aunque el chófer fue explorado en Mútua, y está de baja. Al parecer, sufrió un desvanecimiento que le hizo perder el control del vehículo.
El accidente ocurrió a las 6.45 de la tarde en la calle de Arenys de Mar. Los usuarios del bus, tres, ya se habían bajado cuando llegó un policía municipal. El autobusero recuperó el conocimiento al percibir el impacto.
Según Tmesa, el bus acababa de salir de una parada en el Parc de Les Nacions Unides. El semáforo estaba en rojo, y el autobusero detuvo el vehículo. Al arrancar de nuevo, le sobrevino un ataque de tos. Bebió agua y entonces llegó el desvanecimiento. El autobús recorrió unos treinta metros sin control, subió a una acera y se estrelló contra el metal y el metacrilato de la valla que rodea a lo que será la salida del garaje para coches de usuarios del metro. Un semáforo también resultó afectado.
El conductor, de 55 años, dio negativo de alcoholemia. Lo exploraron en Mútua, y le dieron el alta. Ayer, sin embargo, Tmesa lo derivó a otros centros sanitarios y le concedió la baja hasta que quede certificado su óptimo estado de salud.