Un "olor irritante", y muy fuerte, se expandió por el CAP Rambla el jueves por la tarde. Era todo lo que se sabía, pero fue suficiente para que se procediese a desalojar el ambulatorio de la Rambla d’Ègara, y para que actuasen los bomberos y la policía. No hubo intoxicados. Al final, los indicios apuntan a una gamberrada: alguien echó una sustancia, posiblemente gas pimienta.
Ocurrió a las 5.45 de la tarde. A esa hora, al menos, el sistema de emergencias 112 advirtió a la Policía Municipal: un responsable del CAP Rambla explicaba que la dirección del centro de atención había ordenado desalojar el edificio. La causa: "un fuerte olor irritante" que había provocado tos en algunas personas. Los bomberos ya habían sido alertados. Tres dotaciones de este cuerpo arribaron al CAP.
El revuelo fue grande. Se presentaron también cinco unidades de la Policía Municipal, y mossos. A su llegada el olor había bajado de intensidad. Los bomberos y los policías subieron y bajaron, revisaron las instalaciones planta por planta en busca de algún escape, y también exploraron los alrededores del centro sanitario, que fue ventilado.
No encontraron nada. No había fuga de gas alguna, ni peligro palpable, pero sí se barruntaba qué había pasado; seguramente alguien vertió una sustancia, se presume que gas pimienta o algo similar, en unos lavabos del centro; quizás en la planta tercera.
Poco antes de las siete los bomberos dieron por cerrado el servicio, y la actividad del ambulatorio recuperó la normalidad.