Cuando, la semana pasada, los organizadores de la Semana contra el Tráfico de Personas ultimaban su programa de actos, los Mossos d’Esquadra llevaban a cabo una redada en Terrassa y otras localidades para desarticular un grupo acusado de explotar sexualmente a mujeres nigerianas. La explotación sexual es una de las infamias, pero no la única, contra la que lucha Esclavitud XXI, una de las entidades que ha impulsado el programa que empezará hoy con una charla y la proyección de un documental.
Junto a Esclavitud XXI están en la organización la Església Evangèlica Unida y Cristians per Terrassa. Las jornadas se iniciarán esta tarde, a las 7.30, en el colegio Mare de Déu del Carme, en la calle de Francesc Salvans. Las abrirá el egarense Jonatán Serrano, vicepresidente de Esclavitud XXI, en un acto que contará con las actuaciones del cantautor David Garrido y la poetisa Damaris Llaudis. Luego se proyectará el documental "Nefarious". El próximo jueves , a las 6.30, tendrá lugar un debate, titulado "¿Esclavitud sexual en mi ciudad?", en la Biblioteca Central de Terrassa. Un concierto de DT Project cerrará las jornadas el sábado, a las 7.30 de la tarde, en la Església Evangèlica Unida, en la avenida de Béjar. La entrada costará cinco euros.
"Cada día hombres, mujeres y niños son traficados para ser explotados sexualmente, pero también para llevar a cabo trabajos forzados, para ser convertidos en camellos de drogas o en niños-soldado, o, incluso, para que se les extirpen los órganos", denuncia Esclavitud XXI, plataforma de entidades y ciudadanos integrada en la Xarxa Catalana Sobre la Trata y en la coalición internacional Stop the Traffik. Su campaña ha obtenido el apoyo institucional del Ayuntamiento de Terrassa y de la Direcció General d’Afers Religiosos de la Generalitat, toda vez que la iniciativa la impulsa la Alianza Evangélica Española.
Cambios legislativos
La plataforma desarrolla trabajo de campo en las calles, atendiendo a quienes han quedado atrapados en las redes de explotación, elabora informes y promueve cambios legislativos y administrativos para obstaculizar el tráfico de seres humanos. Para España impulsan un endurecimiento de la ley, como se ha llevado a cabo en Suecia, Noruega o Islandia, para "penalizar la compra de servicios sexuales". Mientras haya clientes, dice, "siempre habrá alguien dispuesto a esclavizar y vender a otro ser".