Función emotiva la que realizó el Ballet de Siena en el Centre Cultural el sábado. Emotiva por dos motivos importantes. El primero porque la compañía -que acoge a dos bailarines franceses- pidió antes de iniciar su actuación guardar un minuto de silencio en recuerdo a las víctimas fallecidas por los trágicos atentados de París el viernes por la noche. El segundo porque el director sorprendió al elenco y al público al final de la representación con un breve parlamento en el que felicitó a sus jóvenes promesas por el trabajo "magistral" que habían ejecutado y anunció que a partir de ese momento la bailarina Camille Granet (que había asumido el rol de "Butterfly") ascendía a bailarina solista. Dos hechos, pues, contrastados que bien podían asociarse a dos colores; negro (duelo, tristeza) y blanco (alegría, felicidad). Sobre un fondo negro y blanco transita también la historia del ballet "Butterfly" que interpretó la compañía italiana en versión coreográfica de Batti y musical de Riccardo Joshua Moretti. En esta obra, basada en hechos reales, una joven "geisha", de nombre Cio-Cio-Cio-San, se casa con un oficial americano, Benjamin Franklin Pinkerton, convencida de que el amor que se profesan será eterno. Pero la joven japonesa pronto caerá en el desánimo porque el oficial americano se va un día a su país con la intención de no regresar nunca más. Pasado un tiempo las noticias son aún más decepcionantes porque le cuentan a Cio-Cio-San que su marido tiene una nueva esposa, americana, y que ésta vendrá para buscar el hijo que nació fruto de sus noches de ternura con el oficial americano. Historia melodramática la que vive esta joven "geisha" que lucha con tenacidad para recuperar su amor perdido pero al no conseguirlo se vuelve frágil como las mariposas. ("Butterfly" en castellano es mariposa).
Energía y ritmo
En la representación del Ballet de Siena, esta obra se presenta como un espectáculo en el que prima el baile pero también el teatro, la plástica al tiempo que hace un guiño al audiovisual. Diversos lenguajes en consonancia con uno de sus objetivos que es conquistar a la gente joven. La coreografía, de estilo contemporáneo, es muy coral y da protagonismo a todos los bailarines. Se materializa en un conjunto de composiciones y movimientos cargados de mucha energía y ritmo; con saltos, con muchas idas y venidas en el escenario y con la realización de figuras que se levantan y caen (en sentido figurado claro está) en segundos.
En especial gustó los solos y duettos de carácter intimista protagonizados por los bailarines principales , Camille Granet en el personaje de "Butterfly"; Francesco Palmitesta, en el del cónsul norteamericano Sharpless, emisario de las malas noticias, así como la pareja Arianna Griffini y Giuseppe Giacalone ( Kate y Benjamin Pinkerton, respectivamente). Esta última interpretó un duetto al final de la obra que fue muy ovacionado.
Espectáculo del Ballet de Siena inspirado en "Madamme Butterfly". Dirección: Marco Batti. Solistas: Camille Granet, Giussepe Giacalone, Arianna Griffini y Francesco Palmitesta. Día 14 de noviembre. Centre Cultural (Rambla d’Ègara, 340).
