Los Mossos d’Esquadra han detenido a 21 personas en una operación que ha permitido desarticular a una supuesta rama de una red internacional de prostitución nigeriana, la “Supreme Eiye Confraternity”, que explotaba sexualmente, sobre todo en las Ramblas de Barcelona, a un centenar de mujeres.
La operación, que se ha iniciado a primera hora de la mañana, se ha llevado a cabo en las poblaciones barcelonesas de L’Hospitalet de Llobregat, Sant Boi, Badalona, Mollet del Vallès, Sabadell, Terrassa y en la propia capital catalana.
La investigación, dirigida por el juzgado de instrucción número 4 de L’Hospitalet de Llobregat, se inició en mayo de 2014 y hoy ha culminado con la detención de 21 personas de origen nigeriano -una decena más de sospechosos no han podido ser localizados- y 22 registros -en los pisos de los arrestados y en un club donde supuestamente se ejercía la prostitución-.
Los 21 detenidos, de ellos 15 hombres y 6 mujeres, todos de origen nigeriano y de entre 24 y 40 años de edad, están acusados de los delitos de tráfico y explotación sexual, coacciones y amenazas.
El portavoz de los Mossos d’Esquadra, Xavier Porcuna, ha explicado a los periodistas que la red explotaba sexualmente a un centenar de mujeres, de las que veinte han podido ser atendidas ya por los servicios de apoyo médico y social.
La policía catalana vincula a los detenidos con redes dedicadas a la explotación sexual de mujeres, en su mayoría inmigrantes “sin papeles” o en situación de vulnerabilidad, que eran forzadas a ejercer la prostitución.
En los últimos años, los Mossos d’Esquadra habían llevado a cabo otras dos operaciones contra redes de nigerianos vinculados supuestamente a la “Supreme Eiye Confraternity”, acusados de introducir ilegalmente en España a mujeres subsaharianas para obligarlas a prostituirlas hasta que devolvieran la deuda contraída con la organización, de entre 30.000 y 50.000 euros.
Precisamente, en la Audiencia de Barcelona se está celebrando un juicio contra diez presuntos miembros de una organización de proxenetas que forzaban a mujeres nigerianas a prostituirse en las Ramblas de Barcelona, atemorizándolas con ritos de vudú.
El juez que dirige la operación, fruto de más de un año y medio de investigaciones, ha decretado el secreto de sumario del caso.