La tijeras encontradas en la Plaça del Rector Homs no son el único objeto incrustado en una pared de la ciudad. Una pelota hecha con trapos con la que jugaban unos alumnos de la Escola Pia a principios del siglo XX también quedó atrapada. Una tarde de noviembre de 1908, los gemelos Lluis y Salvador Donadeu jugaban a pelota con sus amigos frente la fachada del colegio, una zona prohibida para este juego ya que se podían romper los cristales de las ventanas. El balón utilizado no se parecía en nada a los actuales de goma. Estaba hecho con trapos y cordones, por lo que se necesitaban constantes reparaciones para continuar la partida. En un momento dado, cuando el juego se ponía interesante, Salvador golpeó fuertemente la pelota, haciéndola desaparecer. La búsqueda no dio resultado y los chicos se fueron del colegio porque oscurecía. Creían que no volverían a ver la pelota pero la mañana siguiente uno de los jugadores retomó la búsqueda y descubrió que el balón había quedado atrapado en la fachada de la escuela. La pelota quedó incrustada en la canal situada entre la segunda y la tercera línea de ventanas, en el lado derecho de la fachada principal de la Escola Pia. Parmaneció en aquel lugar durante diversos años pero cuando se rehabilitó la fachada, el colegio decidió sacarla de allí.