El equipo de gobierno aprobó el jueves inicialmente las ordenanzas para el ejercicio 2016 gracias a la abstención “crítica” de los seis concejales de Terrassa en Comú, los tres de ERC-MES y la representante de la CUP. El PP y Ciutadans votaron en contra. Consciente del riesgo de quedarse en minoría y verse abocado a una prórroga presupuestaria, el bipartito aceptó enmiendas de todos los grupos políticos y rectificó la medida más polémica de su dictamen: la subida de un 5 por ciento de la tasa de residuos.
El recibo de la basura subirá finalmente un 1,5 por ciento, como el IBI y la mayoría de tasas y precios públicos. Así lo aprobó el pleno en una sesión que tuvo carácter provisional, ya que la aprobación definitiva de las ordenanzas se hará el 22 de diciembre, de manera conjunta con los presupuestos.
Entre los compromisos asumidos por el ejecutivo destacan un estudio en profundidad de las bonificaciones y el inicio de la revisión catastral, que se pospuso en 2012 para evitar que la burbuja inmobiliaria disparara el IBI.
El gobierno dudaba ahora de la oportunidad de revisar el catastro, con los precios tocando suelo, pero la oposición forzó el jueves esa decisión. “No se pueden fijar impuestos como el IBI sin tener una foto actualizada de la ciudad”, coincidieron en valorar Isaac Albert, portavoz de ERC-MES y Xavier Matilla, concejal de TeC.
El 22 de diciembre
El pleno de ordenanzas tuvo carácter provisional, “un primer estadio de la discusión, porque el partido de vuelta se juega en diciembre”, recordó Matilla. El pulso de la oposición al ejecutivo sigue en pie. TeC y ERC-MES dejaron claro que, si no hay acuerdo, dentro de un mes y medio su voto puede tumbar las ordenanzas y los presupuestos porque “la abstención no presupone nada”, dijo Albert.
Durante la sesión plenaria, el portavoz del ejecutivo, Alfredo Vega, defendió la corrección de su propuesta fiscal, con la que pretende hacer frente a un escenario de “caída de ingresos, una bajada en las aportaciones a los programas sociales, la demora de la Generalitat en el pago de la deuda y el aumento del gasto social, que cada año supera los 4 millones de euros”. El concejal de Servicios Económicos invitó a la oposición a “seguir trabajando” las próximas semanas, en las que los partidos buscarán en acuerdo en los presupuestos.
Lógica contable
Xavier Matilla, de TeC, celebró la receptividad del ejecutivo al aceptar varias enmiendas, pero como María Sirvent, de la CUP, lo acusó de “abordar las ordenanzas desde una lógica estrictamente contable”, en lugar de hacerlo en base a las necesidades sociales. “El Ayuntamiento está en un agujero -dijo-. Las ordenanzas están condicionadas por la deuda, enfocadas a solventarla más que abordar proyectos de futuro”.
El portavoz quiso dejar claro que la abstención de su grupo no resta un ápice de crítica a la estrategia económica del bipartito. “No nos marchamos tranquilos. Nos pide un acto de fe y nos vamos preocupados porque no tienen proyecto. Inquietos por cómo la visión ideológica de CiU puede traducirse en políticas sociales, vivienda, en el modelo comercial, en la gestión de los residuos…”.
Propuesta continuista
Frente a Matilla, el portavoz del PP Gabriel Turmo, que el jueves regresó al pleno aún convaleciente de un ictus, no dudó en contribuir a esa zozobra. “Ustedes son nuevos, pero yo sé que esto es sólo una estrategia del gobierno para ganar tiempo”, le dijo a Albert y Matilla.
El dirigente popular defendió más de 50 enmiendas prácticamente idénticas a las presentadas en 2012, y lo justificó en que “la propuesta del ejecutivo es continuista, con los mismos incrementos injustificados”. El partido, que proponía una congelación de tasas e impuestos, votó no a las ordenanzas.
Como Ciutadans. Su portavoz, Javier González, pidió congelar el IBI y subir la tasa de residuos un 1 por ciento, y acusó a la oposición de izquierdas de “darle un cheque en blanco” al ejecutivo de Jordi Ballart.
La respuesta le llego de Isaac Albert (ERC-MES), que se ofreció a relatarle anteriores “cheques en blanco de C,s al gobierno”. El portavoz explicó que “estas ordenanzas no son las nuestras, pero estamos aquí para hacer política y tenemos una oportunidad porque el gobierno está en minoría”. Albert, al igual que Matilla, acusó al gobierno de falta de iniciativa en materia fiscal y le pidió que “formule propuestas, porque a nosotros nos toca incidir”.