Tensión muscular, mareos, dolores o in-cluso visión borrosa. Son muchas de las consecuencias negativas que se relacionan directamente con el estilo de vida actual y que responden a la cantidad de horas que se está delante de un ordenador en la oficina o en casa; la mala iluminación, las posturas incorrectas o el uso excesivo de dispositivos móviles. Son problemas comunes de la sociedad 2.0 en que vivimos pero que con las debidas precauciones se pueden evitar o aminorar.
El mal del smartphone
La utilización de teléfonos móviles, tablets o consolas obliga a realizar una serie de movimientos continuos con la mano. Concretamente, según ciertos estudios, miramos el móvil más de 150 veces al día. Costumbres como estas suelen producir lo que los especialistas denominan como el dedo en gatillo, un agarrotamiento de los pulgares que hace necesario chasquearlos para no estar molesto. La rehabilitación con pelotas de goma o los masajes son algunos de los métodos para aliviar las molestias.
El dolor del teclado
El teclado en cualquier tipo de dispositivo y en especial en los móviles y tablets es también fuente de problemas. Por un lado, cuando se apoyan las muñecas en la mesa de una oficina, se suele producir tensión en los tendones de la muñeca. Lo mismo pasa cuando se usa el móvil, por ejemplo, con los codos apoyados mientras se está tumbado en la cama, situación en la que se duermen las manos y provoca contracturas en el cuello. Los fisioterapeutas apuestan por destensar con masajes toda la zona que va desde el nacimiento de las cervicales hasta las falanges de los dedos.
La postura “sofá”
Aunque cada vez se es más consciente de la necesidad de estar con la espalda recta, es poco común mantener una postura adecuada en el sofá. Todo el mundo tiende a estar recostado en lugar de sentado, postura que puede generar contracturas. Hay que ser conscientes de que no siempre las posiciones más confortables son necesariamente positivas para los músculos, y que estos vicios llevan a sufrir incómodas contracturas.
Mala disposición en el trabajo
Ocho horas diarias en una oficina llevan siempre a no sentarse adecuadamente y a sufrir dolores y tensiones. Si acaban convirtiéndose en contracturas, pueden inducir a síntomas como mareos o visión borrosa, sobre todo si se sufre sensibilidad en las cervicales. Para evitarlo, conviene seguir pautas de ergonomía en la oficina. Hay que estar con los hombros relajados, la cabeza recta, la espalda y las piernas en un ángulo de 90º y el borde superior del monitor a la altura de los ojos.