Fingía soplar, pero no soplaba, y los policías que lo habían instado a hacer la prueba de alcoholemia consideraron probado que no quería efectuarla, lo que constituye un delito. Y lo detuvieron. Lo habían pillado el domingo por la mañana en la Rambleta del Pare Alegre.
A las 6.20 la Policía Municipal supo de las andanzas del conductor por la llamada de otro al que, al parecer, había cerrado el paso en la Rambleta. Según indicó el testigo, el conductor infractor estaba bajo los efectos del alcohol, habida cuenta de las evidencias. Unos agentes se presentaron en el punto referido por el testimonio y encontraron el coche. Y a su conductor, con signos obvios de intoxicación etílica. Tenía que soplar en el alcoholímetro, pero no lo hizo.
Según la policía, simuló soplar, pero fue imposible conseguir algo, un solo test. Y lo arrestaron, y lo llevaron a la Jefatura para instruir diligencias por un delito contra la seguridad del tráfico. Una grúa de Egarvia se llevó su vehículo.
Una rueda pinchada
Minutos antes la Policía Municipal había imputado un delito semejante a un conductor cuyo coche circulaba con una rueda pinchada por la plaza de los Països Catalans, a pocos metros de la Jefatura. Al comprobar los datos del individuo, supieron que no tenía carné. Y poco después, a eso de las 7.15 de la mañana, un coche se estrelló contra un semáforo en la carretera de Rubí. El que lo manejaba dio positivo en los tests de alcoholemia, con tasas de 0,54 y 0,47 miligramos. El semáforo quedó destrozado.
El conductor se ha visto inmerso en unas diligencias penales, al igual que otro que el domingo por la noche fue sorprendido por policías municipales cuando circulaba sin tener permiso de conducción; en realidad, no lo había tenido nunca. Los guardias pararon su coche en el paseo del Vint-i-dos de Juliol.