El vestíbulo de la residencia de la tercera edad La Llar acoge una selección de cuadros inspirados en las Esglésies de Sant Pere. Su autor es Eduard Rosell, de 92 años, reconocido artista de Terrassa y participante activo en la Fira del Dibuix de la Plaça Vella. Eduard está orgulloso de que La Llar, su segunda casa desde hace trece años, dedique una muestra permanente de su obra. "En el centro hay al menos ochenta obras expuestas, esencialmente paisaje al óleo, acuarela y también dibujos", explica.
El pintor dedica la mayor parte del día a lo que fue primero su afición y después su profesión. "Pinto mañana y tarde", cuenta. Lo hace en un espacio que la residencia le ha preparado y que lo llama su pequeño estudio. "Aquí tengo todo lo que necesito. Una gran mesa con colores y pinceles y una silla cómoda. Y cuándo quiero tomarme un respiro miro la tele (con la mirada me indica la pantalla sostenida en una estantería en la pared) o hago un poco de siesta. También participo en las actividades comunes".
Proximidad
En ese rincón artístico, Eduard realiza ahora una obra de grandes dimensiones del conjunto románico de Sant Pere. "El paisaje y la arquitectura son mis temas favoritos y siempre he intentado hacer una pintura que me guste, que se identifique, que sea próxima". Y lo hace desde que tenía 10-12 años cuando inició sus clases de dibujo en la escuela.
Eduard se siente muy agradecido con la vida. "Estoy contento con lo vivido, con la esposa que tuve ya fallecida, y también cómo vivo el presente. A nuestra edad, el presente se vive con intensidad y también con serenidad. Y cada día que pasa es como si hubieras ganado una batalla y cantas victoria. No me quejo. Soy afortunado. La cabeza y las manos me funcionan bien y puedo seguir pintando. Las piernas me fallan un poco más pero me esfuerzo. Si no tuviera esta inquietud creo que el cuerpo se adormecería con más rapidez. El amor al arte me mantiene activo", asegura.