El pasado 12 de octubre, los Agentes Rurales de la Generalitat tuvieron que intervenir en un piso de la calle Wilson de Terrassa donde sus habitantes habían descubierto con horror una pitón de color verde y de 1,30 metros de largo enroscada en la barra de las toallas y con la cabeza tocando el techo del cuarto de baño. Después de comprobar que no se trataba de un espécimen venenoso, los agentes rurales tiraron una toalla sobre el animal y en una caja lo trasladaron al centro de recuperación de fauna salvaje de Torreferrusa. Posteriormente la pitón fue trasladada al centro de recuperación de anfibios y reptiles de Catalunya en Masquefa.
Según los agentes rurales de la Generalitat, el animal debía haberse escapado, o había sido abandonada por su propietario y destacaron que ese es uno de los riesgos de tener animales exóticos como mascotas.