La exposición "Salvador Alavedra. Dibuixos 1934-1977", que puede visitarse en Amics de les Arts hasta el día 30, se inauguró, el sabado, con una conferencia de Ana Fernández Àlvarez. La historiadora comenzó refiriéndose a su intensa actividad pública, que se remonta a 1935, cuando se hizo socio de Amics de les Arts. Contextualizó su juventud en la Terrassa de esa época, "de gran agitación política, económica y cultural", y su formación y su trayectoria profesional, personal, y por supuesto artística, que incluye tanto la práctica como sus acciones como estudioso y mecenas.
Trazaría Fernández todo un viaje por seis décadas de evolución plástica de Alavedra. La intensidad creativa, y su etapa más fructífera, fue en la de los setenta, cuando experimenta con el trazo premeditadamente descuidado, la radicalización minimalista y las influencias del expresionismo y el brutalismo. Los ochenta fueron de "rauxa" creativa, "síntesis y plenitud". Fernández acabó con un análisis de los retratos que le hizo a su esposa.