Las aperturas en Terrassa del hipermercado Esclat y la tienda Media Markt centraron el debate de la comisión informativa de Desarrollo Económico, Industria y Ocupación. Este es un tema que ha generado controversia desde que se supo de su proyecto, y los ciudadanos lo han vivido de maneras diferentes. Igual que los políticos. Mientras unos opinan que se trata de una verdadera oportunidad para la ciudad, otros creen que creará una competencia desleal y que incluso puede tener un impacto negativo.
Así se hizo palpable ayer en la comisión. Desde el equipo de gobierno se defendieron ambos negocios, argumentando que han significado casi 200 nuevas contrataciones, la mayor parte de las cuales son de Terrassa. De hecho, el paro a 30 de septiembre registraba 104 personas menos sin trabajo que en agosto, lo que supone una disminución del 0,5 por ciento.
Un tema con el que la oposición no estaba completamente de acuerdo. Isaac Albert, de Esquerra Republicana, argumentó que a lo mejor estos dos establecimientos han traído nuevos puestos de trabajo pero a lo mejor destruyen aún más empleo del que han generado. Una opinión que compartió Marc Grau, de Terrassa en Comú, quien recalcó la necesidad de hacer un estudio sobre el impacto generado por ambos sitios, que podría llegar a ser negativo para los comerciantes de la zona.
Algo que contradijo Amadeu Aguado, del PSC. Sobre el Esclat afirmó que, al igual que pasó con el supermercado Talló que “al principio generaba mucho miedo y después resultó que triplicó los comercios de la zona”, este nuevo hipermercado podía ser un polo de atracción y generar más pequeño comercio del que había hasta el momento. En cuanto a Media Markt, adujo que “el que hizo daño fue el de Sant Cugat”, y que el que se ha abierto en el Parc Vallès es especialmente para captar a consumidores del Bages. En todo caso, y tras afirmar que se han llevado a cabo diversos estudios, “el tiempo es el que dirá cuál es el impacto” tanto de uno como de otro, sentenció Aguado.
Hacia la plena ocupación
Por otro lado la reunión sirvió para que Miquel Sàmper, de Convergència, y su equipo, presentaran el plan estratégico para el área de Desarrollo económico, Industria y Ocupación. Un plan que, insistieron, “es diferente al plan de mandato”, que se realiza para toda una legislatura. Se trataba pues de una propuesta que debe servir de “base” para las acciones de gobierno que se decidan llevar a cabo posteriormente.
El objetivo del plan presentado era “tan simple y tan complicado”, como se reiteró durante la sesión, que generó también mucho debate. Su finalidad no es otra que la de reducir el paro y conseguir llegar a la plena ocupación. Una ocupación pensada desde el punto de vista de ayuda social estructural, y no asistencial, pues se basa en mejorar la ocupabilidad de los ciudadanos a través sobre todo de la formación para que puedan reinsertase en el mundo laboral con cierta calidad y lo más rápido posible. Aunque se destacó que aún se está a la espera de conocer los presupuestos municipales y por tanto de la cantidad que le corresponderá a este área para poder plantear las actuaciones concretas.
La propuesta también abordó la necesidad de “ir de la mano” de los diferentes agentes ciudadanos, comarcales y nacionales, pues “solos no lo podemos hacer”, como dijo Sàmper y reiteró Aguado. En este tema, todos los presentes estuvieron de acuerdo.
No obstante, Marc Grau (TeC) subrayó que en el plan no veía “suficiente carga política” y que la misión “al ser tan acotada”, podía quedar corta. Lo argumentó diciendo que “la misión de toda el área solo sea generar ocupación genera dudas. Si fuese más genérico podrían aparecer más temas, como el de generar valor económico o promocionar actividades que tienen impacto más allá del económico”. Por su parte, la CUP echó en falta que no se hablara de puestos de trabajo de calidad, de incidir más en el pequeño comercio y de la ayuda al corporativismo. También pidió al equipo de gobierno que “no se escude en las competencias” y que demuestre “valentía” con las políticas que realicen durante su legislatura. El comercio fue otro eje importante que se discutió y que prevé un debate intenso en próximas reuniones. No obstante, desde el equipo de gobierno confesaron que se trata de “una asignatura pendiente” pero que “no se puede resolver con un plan de mandato”.
Finalmente, Sàmper emplazó a todos los grupos políticos a participar activamente, incluso más allá de las comisiones, para conseguir el máximo consenso.