El camino escolar es "el itinerario seguro que pueden seguir los niños en su trayecto de ida y vuelta al centro educativo, posibilitando que lo lleguen a recorrer de manera más autónoma", según lo definen las ampas de los colegios Bisbat d’Ègara, El Vapor, impulsoras del proyecto Camí Escolar Terrassa. Llevan trabajando en él desde otoño de 2014, con la intención de ponerlo en marcha en septiembre de 2016, y ahora buscan tanto la implicación del Ayuntamiento como de los maestros, y la adhesión de más ampas y entidades a su manifiesto.
En el marco de esta campaña, Camí Escolar Terrassa organizó el jueves, en el Bisbat d’Ègara,una jornada sobre el tema, protagonizada por Pau Avellaneda, geógrafo y "investigador especializado en caminos escolares". "Hay mil fórmulas para poner en marcha un camino escolar", comenzó Avellaneda, y las estuve explicando durante dos horas a la veintena de asistentes.
"A partir de los 10 o 11 años, los niños que viven hasta quinientos metros lejos de la escuela deberían ir solos y a pie." Es el pensamiento base de estas iniciativas. Sucede que "la ciudad no acompaña. Hay miedo a la inseguridad viaria y a la inseguridad ciudadana". Los proyectos de camino escolar "buscan vencer estos miedos, y también contribuir a la salud de los niños, que se beneficia de que "vayan cuatro veces al día a colegio, jugando, saltando, corriendo. Y los niños son más responsables de lo que imaginamos. Cuando van solos, vigilan mucho, la gran mayoría".
¿Cómo se construye un camino escolar? Básicamente "mejorando el entorno". Un proyecto puede incluir señalización, actuaciones urbanísticas (ampliación de aceras), pero también la creación de una red de tiendas "amigas del camino escolar". "Se les pone un adhesivo, y el niño sabe que, si le ocurre algo, puede ir al establecimiento que lo tiene, que seguro lo atenderán."
Avellaneda expuso el estudio de 66 proyectos, con participación de 135 escuelas, la mayoría en Barcelona, que han logrado incrementar tanto los desplazamientos a pie como los niños que van solos, Los condicionantes del éxito son tanto territoriales (características de los municipios, los entornos urbanísticos y las zonas escolares) como institucionales o de participación (también de los niños, "para así hacerlos conscientes de que la ciudad es suya y pueden partipar en ella").
En el coloquio posterior, surgieron temas como el "bus a pie", para los más pequeños: una parada adonde se llevan, para que un adulto los acompañe hasta el colegio.El concejal Marc Armengol, aseguró que el Ayuntamiento "está abierto a cualquier acción que sirva para mejorar la movilidad y si además estamos educando, pues mejor".