La sección oficial del Festival de San Sebastián no alcanza las 20 películas a competición. En Sitges son 36. Y es que aquí todo es grandilocuente y excesivo, como el mismo género. Un ejemplo: son 602 los periodistas acreditados, buena parte de ellos “bloggers” o proyectos de cineastas infiltrados que devoran y comentan las películas a gran velocidad. En esta edición, la número 48, son 169 los films que se proyectan en las cuatro salas (Auditori, Retiro, Prado y Tramuntana). Esta última sala, recuperada tras varios años. Su puesta en marcha ha ayudado a incrementar la venta de entradas. Proyecciones abarrotadas y colas larguísimas bastan para hacerse una idea de que el interés por el género y por el certamen crecen año tras año. Según explicó el lunes el director del Festival, Àngel Sala, hasta el domingo se habían vendido más de 51.000 entradas, lo que supone un aumento superior al 12% en los tres primeros días de certamen.Las nueve secciones del festival se desarrollan en 2.894 butacas. Se proyectarán un total de 21.894 minutos de películas, todas en formato digital. A falta de todavía cuatro días para acabar el certamen, las previsiones indican que se superarán los 180.000 espectadores del año pasado. Propuestas de todos los colores, gustos y sensibilidades se dan cita en un Festival que comenzó siendo una pequeñita exhibición de terror y se ha convertido en el más importante festival de género de España y uno de los mejores de Europa.