El movimiento independentista respondió ayer a la concentración simultánea en los municipios catalanes en apoyo al President de la Generalitat, Artur Mas, la ex vicepresidenta Joana Ortega y la consellera de Ensenyament Irene Rigau, el día en que las dos políticas prestaban declaración ante el Tribunal Superior de Justicia de Catalunya imputadas por el 9N.
Medio millar largo de personas se dieron cita en el Raval de Montserrat para denunciar la judicialización del proceso catalán, pedir el archivo de las causas abiertas contra los miembros del Govern y reivindicar que “la llibertad no s’ imputa”.
Entre los concentrados, una amplia representación del Consistorio. Los grupos de CiU y ERC al completo, concejales de Terrassa en Comú y al menos dos representantes del PSC, Jordi Flores y Rosa Maria Ribera. La CUP, que animó a la participación en la protesta, emitió ayer un comunicado en el que rechazaba la imputación, y a renglón seguido acusaba a la Generalitat de “incoherente porque también se ha personado contra activistas por el hecho de desobedecer”.
En la concentración, en la que se vieron rostros conocidos como el del director general de Serveis Penitenciaris, Pere Soler y el sociólogo Salvador Cardús, se dio lectura al Manifest del Pacte pel Dret a Decidir y se distribuyeron instancias pidiendo a la sala civil y penal del TSJC que archive la causa contra Mas, Ortega y Rigau. Pese a los fallos de megafonía, los manifestantes alzaron su voz para declararse “corresponsables del 9N” y recordarle a los imputados que “no están solos”.
La protesta culminó con el canto de Els Segadors, seguido de proclamas en favor de la independencia de Catalunya.