Había múltiples cristales rotos en el techo de un coche, y la escalera del edificio estaba repleta de ellos. La moradora, la presunta arrojadora de las botellas, fue hallada tumbada en la cama por la policía y los bomberos, que debieron abrir la puerta para entrar en la vivienda. Ocurrió ayer, poco después de la medianoche, en la calle Ample, en el tramo de Sant Pere. Una ambulancia llevó a la mujer al Hospital de Terrassa.
No era la primera vez, según indicaron testigos, que la misma persona lanzaba botellas a la calle desde su ventana. Un vecino alertó a la Policía Municipal a las 00.30 de ayer, pues la situación se repetía. Varias unidades policiales se presentaron en el lugar indicado por el testimonio.
Los agentes, en efecto, hallaron vidrios hechos trizas. Estaban, mezclados con arena, en el techo de un coche estacionado.
Unos guardias entraron en el edificio desde el que se habían realizado los lanzamientos. No había más que seguir el rastro de los fragmentos vítreos, que alfombraban la escalera.
Llamaron a la puerta de la vivienda, pero la mujer no abrió la puerta, por lo que los agentes pidieron la presencia de una dotación de Bombers. Alguien, acaso la propia moradora, podía estar en peligro. La policía activó también el 061.
Llegaron dos ambulancias del SEM, y una unidad de los bomberos. Éstos abrieron la puerta. El piso parecía en buen estado, pero no faltaban algunos cristales en el suelo. La mujer yacía en la cama, en estado consciente. Un médico dictaminó su traslado forzoso al Hospital de Terrassa.