El pleno ratificó el jueves la adhesión de Terrassa a la AMI aprobada el pasado mes de julio. La ciudad sigue siendo el municipio de mas población entre los integrantes de la plataforma independentista, después de que una mayoría de concejales tumbara la propuesta de resolución de Ciutadans pidiendo que Terrassa rectificara y dejara sin efecto el ingreso en la AMI.
La votación del jueves fue prácticamente calcada a la del pasado mes de julio, cuando Terrassa se convirtió en noticia al sumarse al club de los municipios que apoyan la independencia de Catalunya. Dos meses después, el grupo socialista fue incluso más rotundo que en verano en su apoyo a la AMI.
En julio los concejales del PSC tuvieron libertad de voto y el alcalde Jordi Ballart se abstuvo junto al teniente de alcalde Alfredo Vega. Ahora, los nueve concejales socialistas rechazaron en bloque la moción de Ciutadans, que sólo logró un apoyo, el del concejal del PP Gabriel Turmo. CiU, ERC-MES y la CUP votaron contra la propuesta, mientras los cinco ediles de Terrassa en Comú se abstuvieron.
Durante la sesión plenaria, el portavoz de Ciutadans Javier González pidió al PSC que no ignore a parte de su militancia y le reprochó que “ceda en sus valores a cambio de gobernar”, en alusión al pacto de gobierno PSC-CiU. González también intentó, sin éxito, convencer a TeC. “Tienen la responsabilidad de evitar que a los ciudadanos de Terrassa se les señale como separatistas allí donde van”, dijo.
La respuesta de los partidos fue contundente. El socialista Amadèu Aguado explicó que en su grupo “apostamos por el voto facilitador. Los socialistas queremos la unión de España, no somos independentistas, somos federalistas. Pero ustedes no saben diferenciar entre un voto estratégico y un voto ideológico”. El concejal acusó a C’s y PP de utilizar la adhesión de Terrassa a la AMI “como arma arromadiza en campaña electoral”, y de ignorar que “esta adhesión fue un ingrediente para un pacto que precisamente quería evitar que Terrassa tuviera un alcalde independentista”.
Pleno en campaña
A principios de mes, el gobierno municipal intentó que el pleno de septiembre se aplazara para evitar que coincidiera con la campaña de las autonómicas. No hubo acuerdo, y el jueves la sesión se convirtió en un plató electoral por el que desfilaron el cara a cara Margallo-Junqueras; la amenaza de corralito; el apoyo de Cs al gobierno del PP en Madrid; el dossier de Albiol y una larga lista de frases hechas en busca de un titular.
Imbuidos por la campaña y conscientes de que el pleno podía ser el último cartucho político, a dos días de la jornada de reflexión, los concejales se enzarzaron en varias polémicas, algunas de ellas cara a cara.
Como la que protagonizaron el popular Gabriel Turmo y el portavoz de CiU Miquel Sàmper, abogados ambos y durante muchos años compañeros de despacho. Turmo se refirió al acuerdo de gobierno como “el pacto de la vergüenza”, invitó a Amadèu Aguado a ir “a clases de educación” y tachó de “mercenarios de la política” a los concejales del PSC por su “voto estratégico” a la adhesión a la AMI.
“Es maleducado que hable de pacto de la vergüenza”, le replicó Sàmper, que inmediatamente recibió la contra de un Turmo ofendido por lo que entendió como “una falta de respeto. Decirme maleducado es faltar”, dijo.
En el debate de la AMI, el concejal de Ciutadans David Aguinaga tachó los estatutos de la entidad de “destilado xenófobo concebido para hacer pedagogía del odio a España”, observaciones que le valieron el calificativo de “electoralista” en boca de la portavoz de la CUP, Maria Sirvent.
Pasado y letrados
Durante las seis horas de pleno, Carme Labòria reivindicó el trabajo de su equipo y el suyo propio como concejal socialista de Vivienda en materia de sanción a los bancos, mientras Miquel Sàmper (CiU) y Maria Sirvent (CUP) se enzarzaban en una polémica en torno al papel del Col.legi d’Advocats en el impulso de la ILP frente a la pobreza energética y habitacional.
El primero le reprochó que minimizara la aportación de los letrados, y apeló a su condición de colega letrada. Sirvent le respondió que “una cosa es María y otra la portavoz de la CUP. Yo no menosprecio al colegio ni vengo al pleno a hacer amigos, los amigos los tengo en casa”.
La sesión plenaria de septiembre concluyó el jueves rayando la medianoche, con caras agotadas y, pese a los rifirrafes, la sensación de que el consenso imperó sobre la rivalidad política. De hecho, el tema más trascendente de la sesión, la aplicación de la ILP, se cerró con el acuerdo de todas las fuerzas políticas.
En el turno de ruegos y preguntas, la concejal de Seguridad Maruja Rambla anunció que trabaja en el diseño de un nuevo modelo policial , y el teniente de alcalde Marc Armengol la inmediata incorporación del comisionado del agua, Joan Gaya, para el 1 de octubre.