Terrassa

Un sacrificio de cuerpo y alma

Centenares de musulmanes ataviados con sus mejores galas asistieron ayer a la oración que da inicio a la Gran Fiesta o Aid El Adha, lo que en España se denomina La Fiesta del Cordero. Desde las siete y media de la mañana los fieles empezaron a llegar a la zona deportiva de Can Jofresa, que abrió sus puertas una hora antes del inicio de la plegaria (programada para las 8.30 horas). Todos se saludaban con abrazos y besos. Eso sí, hombres entre hombres y mujeres entre mujeres, las cuales quedaron relegadas al final de la explanada.

Allí, los participantes extendieron sus alfombras, se descalzaron y rezaron en dirección a La Meca, en el inicio de una de las jornadas más importantes para la comunidad islámica de todo el mundo. En la Jutba (sermón) el Imam habló de la importancia de este día y de las lecciones que todo musulmán debe aprender y practicar, como la hermandad, la solidaridad y el perdón. En este sentido, Ahmed El Omani explica que "el Islam es una religión de convivencia, en la que no puedes pasar mas de tres días con un conflicto. Se deben resolver los problemas que se tengan con los vecinos. Es muy importante perdonar".

La fiesta del sacrificio, que se celebra aproximadamente 70 días después del fin del Ramadán (Eid el Fitr), conmemora la historia del profeta Abraham, quien según se narra en el Corán y la Biblia, accedió a sacrificar a su único hijo como acto de obediencia a Dios, quien finalmente puso un cordero en su lugar. De aquí que el evento lleve por nombre la Fiesta del Cordero o del Sacrificio. La celebración coincide con la peregrinación a La Meca o hajj y es uno de los cinco pilares del Islam.

Tras la oración y el discurso del Imam, el multitudinario acto concluyó hacia las nueve de la mañana. Entonces, los fieles se retiraron, despidiéndose con el mismo afecto con el que se habían saludado, para seguir con la celebración acompañados de sus familias en la intimidad. "Se trata de una fiesta familiar y solidaria que dura tres días. Es, junto con el fin del Ramadán, la fiesta religiosa más importante para nosotros", relata Hasnah, una estudiante de Malasia.

Los corderos ahora van a buscarse a los mataderos, pero hasta hace unos años aún había familias que los mataban en los garajes de sus casas o en las azoteas de sus pisos. "Es un país que tiene sus normas y se deben respetar. No podemos matar al cordero en nuestra casa como haríamos en nuestro país", admite Ahmed. El animal es sacrificado por el rito halal, y se va a buscar hacia la una del mediodía. Las principales condiciones que debe cumplir el cordero son que debe ser macho, estar sano y tener más de seis meses. Por otro lado, es esencial que sea degollado por un adulto musulmán, mirando hacia la Meca, tumbado del lazo izquierdo y con el menor sufrimiento.

Hermandad y solidaridad
Aunque solo irán a buscar los corderos las familias que se lo puedan permitir, pues la pieza puede costar aproximadamente unos 150 euros o incluso más durante estos días. No obstante, y siguiendo uno de los preceptos de esta fiesta, en el antiguo Mercadillo de los Grupos de Montserrat se reparten partes del cordero entre los fieles que no lo han podido adquirir. "Es nuestro deber como musulmanes repartir con los necesitados. Además es una fiesta familiar, y todos somos familia", indicó Ahmed.

Serán días de copiosos asados de cordero, aunque la primera de las jornadas los platos están basados esencialmente en las vísceras del animal. La celebración se prolongará hasta el sábado, y es tradición que los niños reciban regalos o propinas. También es habitual comprar roba nueva, por ello se suele equiparar esta festividad a la Navidad cristiana.

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