El proceso soberanista catalán está de más actualidad que nunca. A falta de pocos días para las elecciones al Parlament, los políticos catalanes y españoles y también miembros de la banca y empresarios expresan su opinión. Pero, ¿cuál es la visión europea de esta coyuntura? El eurodiputado Ramon Tremosa presenta "Let Catalonia Vote. El procés català vist des d’Europa", un libro que intenta dar respuesta a esta cuestión.
¿Por qué publica ahora este libro?
Si leyéramos tanta prensa internacional como prensa de Madrid no hubiera escrito este libro. Mientras que la prensa de Madrid ridiculizó y ninguneó el 9N, Bloomberg pidió un referéndum vinculante para Catalunya y The Economist tituló con "Let Catalonia Vote" en la portada. Esto los catalanes no lo saben y yo vengo a explicárselo por escrito.
¿Cuál es su tesis?
La prensa más influyente del mundo, la anglosajona, dice muchas cosas del proceso totalmente diferentes de la prensa de Madrid. Mientras que la prensa de Madrid es totalmente sesgada, manipula los contenidos y distorsiona la realidad catalana, presentándola de manera ridícula y caricaturesca, la anglosajona destaca el carácter cívico, pacífico y festivo del proceso.
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De la sorpresa inicial que hubo en todo el mundo por el inicio del proceso catalán se ha pasado a una cierta simpatía, explícita en algunos casos. Por un lado, por el negacionismo y el bloqueo del Gobierno español no solo a negociar sino a reconocer el problema y por el otro, por la actitud pacífica, cívica y festiva que ha ido en paralelo a la reivindicación parlamentaria.
¿Se entiende el sentimiento independentista catalán?
Hay más comprensión en Europa que en Madrid. Los países anglosajones, los escandinavos y los nórdicos tienen siglos de tradición democrática y para ellos, la legitimidad democrática está por encima de la ley. Ningún gobierno europeo está repitiendo las amenazas de Rajoy a Catalunya. Ninguno ha dicho que no podemos votar.
¿Cuál es la visión europea del proceso catalán?
En Europa son demócratas. En el caso escocés, ni Cameron ni ningún partido británico le dijo al Scotish National Party que no tenía el 50% de los votos para pedir una consulta. Nadie le cuestionó el derecho a hacer un referéndum vinculante para la independencia.
¿Desde Europa se hace paralelismo entre el caso catalá n y el escocés?
Totalmente. The Economist, el semanario más influyente del mundo, hizo portada, editorial y tres páginas diciéndole a Rajoy que no podría evitar un referéndum porque la demanda catalana es mucho más potente que la escocesa, no solo en la calle sino parlamentariamente, con más diputados que quieren no solo la independencia sino también un referéndum.
¿Cree que en Europa les cuesta mojarse sobre el proceso catalán?
En Europa están esperando un mandato democrático. El 27 de septiembre puede salir un Parlament con mayoría absoluta de diputados explícitamente por la independencia. Europa contará escaños y mirará la participación, que será muy alta, posiblemente supere el 70%. En España, habrá algún tiquismiquis que dirá que se tienen que contar votos y no escaños. Si quieren contar votos, que permitan un referéndum legal como hemos pedido pero en el Parlament con 68 escaños tienes legitimidad para llevar adelante un proceso de independencia.
¿Qué garantías hay de que Catalunya no quede fuera de la Unión Europea en caso de convertirse en un Estado independiente?
Merkel no ha dicho, como querría Rajoy, que una Catalunya independiente sería expulsada de la Unión Europea, del euro y de la libre circulación porque aquí hay seis mil multinacionales, 800 alemanas, que son las primeras interesadas que no las expulsen. La lógica de la UE ha sido siempre inclusiva. A Grecia se le han dado hasta tres oportunidades. A Gran Bretaña se le ha dicho que si sale porque sus ciudadanos lo votan, se quede con la legislación comunitaria que le sea de aplicación. La lógica de la UE es la de crecer y no expulsar, ni castigar ni marginar a nadie.
Pero España podría vetar el ingreso de Catalunya en la UE.
Cuando García Margallo, el 2012, amenazó a Escocia de vetarla, The Economist escribió un artículo que decía que una España súper endeudada y dependiente del dinero del Banco Central Europeo no podrá vetar a nadie. Aun así, si para entrar en la UE hace falta la unanimidad y España podría vetar el acceso, para la libre circulación, necesitaría movilizar una minoría de bloqueo de un tercio y eso es imposible porque Catalunya tiene muchas multinacionales europeas que no lo permitirán. Además, la UE ha invertido trescientos millones de euros en la nueva terminal del puerto de Barcelona y el corredor Mediterráneo se considera una infraestructura estratégica.