Cuando llegaron los policías, vieron al tipo al que detuvieron luego, en la noche del sábado al domingo: blandía un ladrillo en la mano, y amenazaba de muerte a la dueña de un bar, situado en la avenida de Madrid. El arrestado, al parecer, había golpeado a la víctima con un palo, y acabó golpeado también.
Pasaban unos minutos de las once de la noche cuando la Policía Municipal supo del altercado: alguien afirmaba que un tipo se estaba enfrentando a varias personas porque no le dejaban entrar en un bar de la avenida de Madrid.
Una dotación policial se dirigió a la zona. No les resultó muy difícil a los guardias discernir quién era el sospechoso de causar aquella reyerta callejera: tan pronto llegaron, los agentes observaron a un individuo con un ladrillo en una mano. Profería amenazas de muerte contra la propietaria del bar.
Lo detuvieron instantes después. Y recogieron testimonios de varias personas para conocer qué había pasado antes. Según testigos, el mismo sujeto había golpeado con un palo a la víctima en una mano, y luego el marido de la agredida había agarrado el mismo instrumento para dar un palazo al agresor, y le hizo una pequeña herida en la frente. Hubo daños, también, además de amenazas y lesiones: el sospechoso está acusado de romper el retrovisor de un vehículo. La policía llevó al individuo a Mútua, y lo recogió a las dos de la madrugada para trasladarlo a la Jefatura.