La gestión de los equipamientos de agua de la ciudad es deficitaria y el sol el mejor aliado para un buen ejercicio económico en las piscinas. Es el caso de este año, en que la buena climatología y el aumento de la demanda se han saldado con un 30 por ciento de déficit, inferior al de ejerciciós con menos bañistas.
Mantener las piscinas en funcionamiento y gestionar el programa de actividades ha supuesto un coste de 490 mil euros este verano, en el que los ingresos por taquilla y los abonos han reportado 340 mil euros, con los que se cubre un 70 por ciento del presupuesto.
Este año, además, se han concedido bonificaciones por valor de 43.227 euros, correspondientes a 550 expedientes de bonificación. La cifra es más alta que en 2014, cuando se concedieron 480 ayudas.
“La voluntad es que los precios sean asequibles a toda la ciudadanía. Las bonificaciones persiguen que nadie quede excluido por razones económicas”, explica el concejal de Deportes, Dani Nart.
Pueden beneficiarse de los descuentos en las tarifas de las piscinas las familias numerosas (hasta un 20% del importe), las personas con algún tipo de discapacidad (entre el 20 y el 75 %) y los usuarios que atraviesan dificultades económicas. En este caso las bonificaciones oscilan entre el 20 y el 60 por ciento del importe de la entrada.