Terrassa

¡Marcianos! 

Las crónicas que Xavier Sardà y su nutrido equipo de colaboradores enviaban desde el planeta "rojo" revolucionaron a la audiencia terrícola.

Hasta septiembre de 1997, "Crónicas Marcianas" era sólo el título de la famosa novela de Ray Bradbury y Xavier Sardà pasaba por ser, más que nada, el hermano pequeño de Rosa Maria. Pero las tornas cambiaron a partir de esa fecha. La colonización humana del denominado "planeta rojo" que Bradbury vaticinó en su creación se produjo ante los ojos de miles de espectadores. Falta saber si el escritor se sintió algún día orgulloso de la fauna televisiva que llegó a aquel Marte de cartón piedra al que Telecinco había dado vida.

De lunes a jueves, durante ocho temporadas y 1.300 programas, el ingenio de Sardà echaba a volar al frente de una nave llena de extraterrestres desde la que analizaba la actualidad diaria de la lejana Tierra. En aquel extraño otro mundo proliferaron criaturas tan impactantes como el menudo actor Martí Galindo. Y el amaneramiento inteligente de Boris Izaguirre encontró, en pleno ambiente de desparpajo cósmico, su hábitat natural.

Cantera inacabable
Si algún marciano de verdad hubiera visto semejante desfile de seres singulares (entre los que también se contaban Paz Padilla, Xavier Deltell, Manel Fuentes, Mariano Mariano y hasta la Bruja Lola, que con sus dos velas negras acabó siendo colaboradora de "Crónicas"), tal vez hubiera huido por patas. Pero los espectadores se quedaron y dieron un liderato incontestable al recordado "late show".

Un punto y aparte merece Carlos Latre, que aterrizó en Marte cuando el programa ya llevaba algunos años en el aire. Aunque con sus imitaciones de tomo y lomo, pronto se convirtió en una pieza indispensable de aquel puzle rompedor.

Con el paso de las temporadas, Sardà y compañía supieron sacar partido de la irrupción en Telecinco (y también en España) del género televisivo del "reality". La saga inacabable de "Gran Hermano" justo empezó cuando en "Crónicas Marcianas" soplaban las velas de su tercer cumpleaños. De hecho, algunos concursantes del longevo programa de convivencia (la edición número 16 de "Gran Hermano" está a la vuelta de la esquina) se convirtieron en tertulianos de "Crónicas".

Periodistas como la ya desaparecido Carmen Hornillos, Josep Sandoval o Pepe Calabuig compartían con frecuencia tertulias y mesas de debate con los participantes de la casa de Guadalix. Y también con personajes mediáticos como Alessandro Lecquio, Coto Matamoros (hermano de Kiko, todo queda en familia) o Antonio David Flores.

Aquel universo a menudo desconcertante se completaba con el "strip-art" de Chiqui Martí, la impasible y veterana sexóloga Carmen Vijande y los indescriptibles (a veces, hasta indescifrables) personajes a los que entrevistaba Javier Cárdenas. La "Pantoja de Puerto Rico" era todo "glamour" y sensualidad. Leonardo Dantés blandía su pañuelo al viento. Carmen de Mairena buscaba siempre rimas jugosas. Así era el particular mundo de "Crónicas". Un lugar que para muchos atufaba a telebasura.

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