Se conoce que la alarma se activó, y que la responsable del bar fue avisada por teléfono. Mas era de madrugada, y ella no se enteró de que sonaba el móvil, de que alguien había irrumpido en su bar, el Nuevo Farolillo Rojo, en Sant Pere Nord. Lo supo ya por la mañana, el jueves, cuando se disponía a abrir el negocio. Los ladrones habían robado unos tres mil euros, según las primeras estimaciones.
Los delincuentes asaltaron el establecimiento, situado en la Rambla de Francesc Macià, a eso de las 3.30 de la madrugada del jueves. Unos vecinos del local escucharon ruidos, y la alarma de seguridad, al parecer, se activó, y la responsable del bar recibió la llamada correspondiente en su móvil. Lo tenía en el comedor y no lo oyó.
A primera hora de la mañana se encontró con el estropicio. Los asaltantes habían violentado la persiana para entrar en el establecimiento. Abrieron la puerta interior y se introdujeron en el local, donde fueron por lo que van siempre los ladrones en bares: el dinero de la caja registradora, si lo hubiere, y la recaudación de las máquinas tragaperras. Lograron botín en ambos lugares. Según los cálculos de los dueños del Nuevo Farolillo Rojo, los cacos se apoderaron de casi tres mil euros: había bastante más de mil, seguramente, en las dos máquinas recreativas forzadas, y unos quinientos en la caja de recaudación del bar. Sustrajeron quinientos más que los propietarios habían guardado para el cambio matutino, y otros quinientos que reservaban para pagar a proveedores.
“La persiana estaba hecha polvo cuando quisimos abrir”, contó la responsable del bar. Los Mossos d’Esquadra investigan el robo. Las víctimas, de origen chino, no están abonadas a la buena suerte este año: en marzo fue asaltada su casa, situada muy cerca del bar.