Terrassa

El timo del espejo retrovisor

Hay quienes destilan las prácticas de picaresca a más no poder, pero no siempre obtienen el éxito esperado en sus maniobras de engaño. Una martingala de timo novedosa fue desplegada, al parecer, hace unos días en el barrio de Sant Pere Nord por dos tipos (uno de ellos se hizo pasar por policía) que quisieron sacar dinero al conductor de un coche que presuntamente había colisionado contra el de uno de los timadores. No coló.

Los hechos ocurrieron el viernes pasado, al mediodía, en la calle Ample, a unos metros de la esquina con la de Frederic Mistral. Según la información que ha trascendido, un hombre que manejaba un vehículo se vio requerido por otro. Algo le dijo de un accidente, de una colisión entre su coche y el del reclamante. Él, la víctima, no se había dado cuenta de nada, pero detuvo su automóvil.

"Sí, mire, el retrovisor…", algo así le soltó el otro tipo. El conductor, bienintencionado, aseguró no ser consciente de golpe alguno, pero aun así se avino a confeccionar el correspondiente parte amistoso.

Una colisión menor. Podía ser. Muchas de ese calibre, con un conductor implicado que no ha reparado en lo acaecido, se dan a diario. Pero lo que escamó a la víctima, como hubiera escamado a cualquiera, fue que minutos después de elaborado el parte el mismo tipo, el del retrovisor supuestamente roto por el supuesto choque, se dirigió de nuevo al conductor para reclamarle el dinero en efectivo en pago del espejo dañado.

Un supuesto policía
La excusa planteada para tan precipitada solución de satisfacción monetaria: tenía prisa porque debía viajar a Suiza de inmediato. La estupefacción afloró en el rostro del conductor, y se redobló cuando apareció en escena un tercer individuo, que dijo ser agente de policía para, a renglón seguido, emitir su veredicto: el pago en efectivo, ya, exprés, del desperfecto era correcto a todas luces desde el punto de vista legal.

El hombre, por supuesto, se negó a pagar dinero alguno, y los otros dos se largaron, se presume que enojados. La Policía Municipal fue avisada, pero sólo pudo identificar al conductor que supo impedir lo que parecía un timo evidente.

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