Mariano G. N. fue trasladado ayer, en estado crítico, al hospital Vall d’Hebron de Barcelona. Sufrió quemaduras en un 50 por ciento del cuerpo, y se intoxicó al respirar el humo del incendio que prendió en un sofá en el piso donde vivía, en el barrio de Sant Llorenç.
Mariano habitaba en un quinto piso de un bloque de diez viviendas ubicado en la calle del Morral del Llop. Sheila, vecina de un cuarto, y su familia habían oído a "Pollo", el pequeño perro blanco de Mariano, ladrar con insistencia durante la mañana. Pensó Sheila en llamar a la puerta del quinto, a la puerta de Mariano, porque era extraño que el can ladrase tanto, y durante tanto tiempo seguido, pero la familia convino que dejaría un margen de tiempo. Llamarían por la tarde si los chillidos caninos persistían.
No llegaron a tocar el timbre. Un vecino llamó por teléfono a otro para dar la voz de alerta: salía humo por la ventana del quinto. "He salido y he comprobado que era verdad", contó Luisa, residente en los bajos del edificio. Sheila fue advertida por el interfono.
La alarma cundió por el bloque. David, hermano de Sheila, subió el tramo de escaleras que separaba la planta cuarta de la quinta, y se tapó la boca con una toalla mojada para protegerse. Otro vecino subió con él. David tenía llave del piso de Mariano. Entró, pero el humo se espesaba en el domicilio de tal manera que impedía adentrarse en él.
Los bomberos ya habían sido avisados. Eran las 2.50 de la tarde cuando recibieron la comunicación. Cinco dotaciones de Bombers, cuatro camiones y un vehículo de mando, llegaron a la calle del Morral del Llop. Un grupo de vecinos del bloque había desalojado sus domicilios.
El incendio fue extinguido en apenas diez minutos. Los bomberos vieron el cuerpo de Mariano, inmóvil. Personal sanitario del SEM atendió al hombre y una ambulancia medicalizada lo trasladó directamente al Hospital Universitari Vall d’Hebron de Barcelona. Según las primeras informaciones de Bombers, su estado era crítico, con un 50 por ciento de su cuerpo afectado por quemaduras y con intoxicación por inhalación de humo. "Pollo" estaba en la galería.
En un sofá
Había ardido un sofá en una habitación, y ese cuarto resultó dañado por la humareda densa, que los bomberos se aprestaron a disolver una vez sofocado el incendio.
Y una vez apagadas las llamas llegó el turno de la policía científica de los Mossos d’Esquadra, que inspeccionó la vivienda en busca de indicios sobre la génesis de un fuego de origen poco claro. Los mossos hablaron con los testigos.
Mariano, separado, de 53 años, parado de larga duración, padre de una joven, vivía solo, con su perro. Horas antes del fuego, el martes, unos vecinos lo vieron cabizbajo, taciturno. "No tenía ayuda económica del Estado desde febrero y obtenía comida de beneficencia", comentó una vecina. Según residentes en el bloque, debía abandonar su piso, que fuera de sus padres y actualmente propiedad de un familiar, en octubre. ¿Dónde vas a ir?, le preguntó una vecina. "Tengo un saco", respondió él.