Terrassa

Doce años de obras y un sueño cumplido

La puesta en marcha del Metro de Terrassa acumula doce años de obras a sus espaldas. Más de una década marcada por la profesionalidad de los trabajadores y un puñado de vicisitudes que paralizaron los trabajos en dos ocasiones.
En 2003 el conseller Felip Puig anunciaba en el Parc dels Catalans la inminencia del inicio de la obra y un año más tarde las máquinas construían en Can Roca el gran boquete por el que entrarían las tuneladoras.
Cerca de 800 personas de hasta 40 nacionalidades han trabajado en la construcción del metro, que vivió uno de sus momentos cumbre con la llegada de las tuneladoras procedentes de Canadà y su espectacular montaje, ya bajo tierra.

Las máquinas rindieron a la perfección y en un año exacto, con tres meses de decalaje entre ellas, atravesaron la ciudad y alcanzaron la Rambla. Un recorrido seguido muy de cerca por los vecinos, temerosos de que las vibraciones afectaran a los edificios. El hundimiento del Carmel, en 2005, planeó sobre la perforación en Terrassa, que se saldó sin incidencias y con oscilaciones casi imperceptibles.

El hallazgo de un yacimiento paleoarqueológico en Vallparadís paralizó los trabajos 18 meses. El impacto más importante para el proyecto, sin embargo, llegó con la crisis. Más de un año fue necesario para renegociar la financiación del proyecto, que quedó paralizado a finales de 2011. En 2013, la Generalitat cerró un acuerdo con los bancos y las constructoras que permitió reprogramar la obra y acabarla en julio de 2015.

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