Terrassa

Una gran fiesta

Tras más de una década de espera, los terrassenses estaban ansiosos por celebrar la puesta en marcha del metro, una promesa que parecía que nunca se llegaría a materializar. Y como hito que era, la fiesta estuvo a la altura. La gran celebración se inició un poco más tarde de lo previsto, hacia las seis de la tarde. Y es que se tuvo que esperar a que las autoridades, entre las que se encontraba el president de la Generalitat de Catalunya, Artur Mas, hiciesen el recorrido inaugural por las tres estaciones y que luego tanto el líder catalán como el alcalde de Terrassa, Jordi Ballart, realizasen sus correspondientes parlamentos. Pero una vez finalizada esta parte más protocolaria, se inició de forma simultánea la fiesta.

Los ciudadanos presentes en Terrassa Nacions Unides, Terrassa Estació del Nord y Vallparadís Universitat se entregaron por completo a la festividad. El ambiente era espectacular. Centenares de personas llenaban las estaciones no sólo para aclamar la entrada en funcionamiento del tan anhelado vehículo, sino para vivir un momento que sabían histórico.

Vallparadís
La mayor celebración se llevó a cabo en Vallparadís Universitat. Allí fue donde el President Mas y Jordi Ballart oficializaron sus parlamentos y, por tanto, donde al Ayuntamiento había preparado la parte más popular del evento. La fiesta llevaba más de una hora preparándose, y la emoción se notaba en el ambiente. Los ciudadanos llevaban rato amontonados en las puertas de la estación esperando divisar, aunque fuese de lejos, al President. “Estoy muy nervioso. Parece la cola de la Apple Store antes de que saquen un nuevo móvil”, confesaba Eric, de 10 años. “Parece el primer día de rebajas”, decía otra señora. Algunos estaban decepcionados de no poder oír el discurso de Mas, aunque igualmente estaban emocionados de formar parte de un momento como ese.

Cuando el presidente de la Generalitat salió de la estación, se dio un impresionante baño de multitudes. Todos los que habían estado esperándolo quisieron saludarle, hacerse “selfies”, darle la mano e incluso animarle de cara a las elecciones del 27-S. Y él, sin perder la sonrisa ni un solo momento, accedió a tantas peticiones como pudo.

Hasta que finalmente se abrieron las puertas de las estaciones para todo el mundo. El gentío, impresionante, colmaba todos los rincones. El andén parecía el de Plaça Catalunya un día laborable en hora punta. “Creo que jamás veré algo igual” decía Montse. Mientras que Victoria exageraba: “Creía que me habría muerto sin poder ver el metro”. Otra de las pasajeras, Delia González, relataba que “ya había estado cuando soterraron el tren de la Estació del Nord y quería estar hoy aquí, en otro gran momento para la ciudad”.

Zona tarifaria
Nada más entrar dentro de la estación, dos preguntas asaltaban a muchos de los asistentes: cuál sería la zona tarifaria de las nuevas estaciones y qué precios tendrían los billetes. Algo que aún no ha obtenido respuesta por parte de Ferrocarrils de la Generalitat de Catalunya (FGC).

Dentro del vehículo el mundo era al revés. Los viajeros estaban de pie y los asientos vacíos. Aunque sólo en los primeros viajes. Luego el gentío fue tal que era imposible caber en el metro y las personas tenían que colocarse donde buenamente podían. “Llevamos muchos años esperando, ya era hora” decía Maria. Y su acompañante Filomeno añadía que “es impresionante, un día para la historia. Estamos muy emocionados”. Algo con lo que coincidía María, una señora ya jubilada: “Esto es espectacular. Hay muchísima gente. Suerte que me he podido sentar, he sido de las pocas afortunadas”, manifestaba.

Hacía tiempo que un viaje en tren no era motivo de tanto jolgorio. Los gritos eran tales que se hacía imposible oírse unos a otros. El aire acondicionado no daba el abasto ante tanta presencia de ciudadanos. Y a las luces que señalan las paradas se le habían añadido tres más. Terrassa Rambla como final de trayecto ya es historia.

Fuera de las entrañas de la ciudad las gradas de la Horta dels Frares estaban a reventar. Los “smartphones” llenaban la plaza sin parar de hacer fotos mientras los cascabeles tintineaban, los tambores sonaban y los bastones repicaban. Los gigantes custodiaban la estación y en el centro de la plaza yacía el Drac. Y es que a partir de las seis de la tarde los grupos de cultura popular de Terrassa se unieron al jazz, los espectáculos de animación, el circo y los talleres infantiles de pintura, títeres y globos que se habían programado para animar todas las estaciones inauguradas.

El trenet
En Vallparadís tampoco se quiso perder el evento el tradicional trenet, que estuvo circulando en el pla del Castell hasta aproximadamente las nueve de la noche. Y es que todo parecía poco para celebrar tan deseado acontecimiento.
El de ayer será un día que no solo quedará en los anales de Terrassa sino que permanecerá grabado en la memoria de los centenares de ciudadanos que asistieron a la conmemoración porque este hito no sólo formará parte de la historia de Terrassa, sino de la suya propia.

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