La prolongación de la línea S1 de Ferrocarrils supone un notable avance en la movilidad del transporte público de Terrassa, que hoy estrena su primer tramo de metro, y para las estadísticas de la compañía, que durante el próximo año espera sumar tres millones de nuevos viajeros al trayecto Terrassa-Barcelona.
Estudiantes y trabajadores son los colectivos que engrosarán las listas de nuevos usuarios, sobre todo en los desplazamientos fuera de la ciudad. Ferrocarrils calcula que la llegada del tren al campus de la UPC, al intercambiador con Renfe, en la Estació del Nord, y la prolongación de la línea hasta el norte de la ciudad, con parada final enCan Roca, comportará un incremento de 5,5 millones de viajes al año.
Las previsiones son que la estación de Rambla pierda viajeros y que la de Vallparadís Universidad registre un importante volumen de usuarios. Esa parada da servicio a los estudiantes del campus de la UPC y a los pacientes del Hospital Universitario de Mútua. La estación está situada al pie del nuevo edificio de consultas externas, que Mútua está adecuando en las plantas superiores del edificio de FGC, y a apenas un minuto del hospital.
El intercambiador con Renfe multiplica las combinaciones en los desplazamientos interurbanos y, como la de Can Roca, acerca a la S1 a nuevos viajeros procedentes de los barrios del este, el oeste y el norte de la ciudad.
La gran incógnita en este momento es cuántos ciudadanos utilizarán el Metro de Terrassa para los desplazamientos internos. FGC espera que 2,3 millones de los nuevos viajes correspondan a trayectos locales. El tren permite cruzar la ciudad de sur a norte (o viceversa) en apenas 8 minutos (12 desde la estación de Les Fonts) y, utilizando los títulos integrados de la ATM, de manera más económica que en bus.
4 kilómetros y 401 millones
El proyecto de prolongación de la línea de Ferrocarrils en Terrassa ha supuesto una inversión de 401 millones de euros e incluye la construcción de un tramo de algo más de 4 kilómetros de doble túnel, desde la estación Terrassa-Rambla hasta Can Roca, donde ya se ha habilitado la nueva cola de maniobras.
Las obras han durado doce años en los que el proyecto se ha enfrentado a numerosas vicisitudes. En primera instancia la obra estaba previsto ejecutarla por fases y excavando los túneles en mina. En 2003 el Govern dio un giro al proyecto para atacarlo de una sola vez mediante tuneladoras.
Las obras arrancaron por el sector de Can Roca y quedaron paralizadas a principios del año 2011 por falta de financiación. Un año después, la Generalitat llegó a un acuerdo con las entidades financieras y con las constructoras que permitió reestructurar la financiación, definir el calendario y finalizar los trabajos ya sin interrupciones. Hasta hoy.
FGC cree que del total de nuevos desplazamientos previstos, 2,3 millones correspondarán a viajes internos por Terrassa