Un año más el Parc de Sant Jordi acogió la fiesta de bienvenida de los niños extranjeros que gracias a distintas ONG pueden venir a nuestra ciudad. Aunque esta vez el acto estuvo marcado por una gran ausencia: los pequeños provenientes de Bielorrusia no asistieron al evento. El motivo es que habían hecho una salida a la playa, aunque la realidad va más allá. Según reveló el representante de la ONG Vallès Solidari, la entidad que se encarga de traer a la comarca del Vallès Occidental a los niños de esta región afectada por el incidente de Chernóbil, este 2015 es el último año que existe la organización como tal, ya que el año que viene desaparece.
No obstante, los 43 niños allí presentes sí que pudieron disfrutar de una fiesta en la que ellos fueron los principales protagonistas. El acto empezó con la música del animador Roger Canals, que hizo bailar y reír a los pequeños -y no tan pequeños-. También contó con los parlamentos de los representantes de las ONG Terrassaharaui y Terrassa Ajuda a Nens d’Ucraïna (TANU), así como de la regidora de Solidaritat i Cooperació, Maruja Rambla. La delegada del alcalde quiso agradecer a las dos entidades y a las familias de acogida los esfuerzos realizados año tras año para traer a los pequeños a nuestra ciudad “y más en tiempos de crisis”.
Una vez terminada la parte más protocolaria, los niños siguieron jugando y divirtiéndose con los amigos, tanto los de su país como los que ya han hecho durante el tiempo que han estado aquí. Y es que muchos de ellos tienen la suerte de repetir experiencia y ya se conocen. Además, pudieron degustar una magnífica merienda cortesía de la pastelería Mariscal. Por su parte, los padres también pasaron un buen rato compartiendo experiencias y sentimientos comunes, risas y alguna que otra lágrima de emoción.
Este año del Sahara sólo han podido venir cinco niños, una cifra inferior que se ve reducida año tras año y que tanto la directora de la ONG Terrassahararui, Anna Comas, como el presidente, Francisco, achacan especialmente a la crisis. En TANU también han visto como las familias adoptantes cada vez son menos. Lejos quedan los 70 niños que venían en las mejores épocas. Este verano han podido traer 38. Una cifra que no obstante se considera “buena, si contamos que a cada familia le cuesta unos 500 euros cada acogida”, revela el presidente de la entidad, Josep Muñoz. Pese a que Vallès Solidari no estuviese presente cabe recalcar que ha traído a 4 niños de la ciudad de Minsk a Terrassa, y 10 en todo el Vallès Occidental.