Desde el pasado 16 de junio, Terrassa cuenta con una red de troncos -procedentes de los árboles caídos en los últimos vendavales- que forman una red de intercambio de libros. Están ubicados en todas las bibliotecas de la ciudad, así como en el Parc de Sant Jordi; el café-bar de Amics de les Arts; el Passeig de les Lletres (ante la Biblioteca Central); la avenida de Francesc Macià (ante la bdt6), y el Passeig del Vapor Gran (ante el Qu4drant.o).
Esta iniciativa de Àgora Terrassa cuenta, desde esta semana, con la participación de la Associació Local d’Entitats per a la Inclusió Social (Alei), cuyos miembros realizarán el seguimiento de los "arllibres" instalados. Dos grupos de personas, liderados por integrantes del taller ocupacional de Prodis y el programa de atención a personas sin hogar de la Fundació Busquets, revisarán periódicamente el estado de los troncos y de los libros.
El grupo de Prodis lleva el nombre de Notaturis y pertenece al servicio ocupacional y de inserción de esta fundación. Lo forman "cinco personas con discapacidad intelectual o enfermedad mental que han perdido el trabajo pero tienen inquietud para continuar activos, y esta posibilidad de hacer de voluntarios es una gran oportunidad que les hace mucha ilusión", señala Cristina Altaba.
Fichas y fotografías
En una primera fase, los miembros de Notaturis elaboran el sistema de seguimiento y contro de los libros de cada "arlibre", con fichas con el título, número, valoración del estado de conservación y fotografías, que compartirán en las redes sociales del proyecto. Este sistema ha de permitir potenciar el funcionamiento colaborativo de los "arllibres".