Era la crónica de una muerte anunciada. De hecho, el cierre de la sede de Mutuam en Terrassa ayer, 15 de julio, ha sorprendido a pocos. “Mutuam no contaba con demasiados servicios médicos, y quizás pasar a la sanidad pública puede ser una mejora del servicio para los usuarios”, afirma Rafael Casals, miembro de la Federació de Centres i Asociacions de Gent Gran de Terrassa i Comarca (FACGG).
Este centro privado ha atendido históricamente a socios jubilados del sector textil y su cierre es consecuencia del final de la concesión de esta mutua por parte del Servei Català de la Salut (CatSalut) que en los últimos años ha ido cerrando progresivamente sus delegaciones en muchas áreas de Catalunya. En 2009, por ejemplo, Mutuam clausuró los centros de Tarragona, Lleida y Girona, lo que afectó a 5.900 jubilados, a los que ahora se suman los más de 4.000 provenientes de la delegación egarense. Aunque los primeros cierres vienen de cuando gobernaba el tripartito y Marina Geli era consellera de Salut. Desde entonces han desaparecido también de Manresa, Granollers o Sabadell, entre otros.
Fuentes de Mutuam aseguran que los pacientes que tendrán que ser absorbidos por los especialistas de Mútua Terrassa y del Hospital de Terrassa así como por los CAP de la zona pueden provocar un colapso del sistema. A no ser que se incremente el personal sanitario. Una opinión que contrasta con los profesionales del Servei Català de Salut, que ponen de ejemplo el caso de la cocapital del Vallès Occidental: “En otros procesos similares, como el del año pasado que afectó a Sabadell, y gracias a la coordinación entre los diferentes proveedores y Mutuam, no ha habido ningún colapso en la atención de los pacientes”. La entidad de la Generalitat añade que una vez Mutuam haya cerrado sus puertas, es decir, desde ayer, todos los pacientes dispondrán de un nuevo médico en un CAP cercano a su domicilio.
Salidas pactadas
Por otro lado, la medida afectará a cerca de 25 médicos -tanto generales como especialistas- a los que según fuentes de la sede terrassense no se ha ofrecido reubicar en los centros que atenderán a los pensionistas tras el cierre, como sí se ha hecho en otras integraciones. No obstante, desde el área de Salut de la Generalitat afirman que están manteniendo conversaciones con los profesionales que dejarán de atender a los pacientes en este territorio con el objetivo de “encontrarles las salidas pactadas”.
El cierre de Mutuam de Terrassa significará el fin de una de las sedes con más afiliados con las que cuenta una mutua que ha acogido durante años a los jubilados de la industria del textil de zonas de Catalunya históricamente industriales, como el Vallès. La compañía concentrará toda su actividad asistencial en Barcelona, como ya hizo público en 2009 su director general, Josep Arqués, “pero tarde o temprano también habrá una reducción”, admitió entonces.