Terrassa

Disminuye el número de mascotas abandonadas

El descenso en el número de mascotas abandonadas tiene distintas causas, aunque la principal es que "la población está mucho más concienciada a la hora de adquirir un animal". Así lo afirma Juan Carlos San José, responsable técnico del centro de atención de animales domésticos de Terrassa (CAAD). Y así lo corroboran los datos.
Si en 2011 había un total de 204 animales, al año siguiente el número bajó a 133, y en 2013 la cantidad se situó en 90 mascotas. Finalmente el verano pasado los animales en el centro descendieron hasta los 77 en julio y a 87 en agosto, una cifra que se prevé similar para esta temporada estival. De momento el CAAD acoge a 63 perros y 26 gatos.
Desde el centro hace tiempo que notan un goteo de abandonos constante a lo largo del año, que ya no se concentra en vacaciones. Hay otras épocas, como las de la cría de gatos, que es más problemática. La tendencia ha ido cambiando, por eso es difícil conocer todos los motivos que conllevan a abandonar una mascota. Aunque "por suerte, cada vez hay más adoptantes", afirma San José.
De hecho esta es otra de las tendencias que ha cambiado, pues "este año ya van por encima las adopciones de gatos que las de perros", afirma el técnico del CAAD. Los motivos parecen obvios. "Esto ocurre sobre todo por el ritmo de vida que llevamos: el trabajo, salir los fines de semana, irnos de vacaciones. Nos gusta tener un animal pero que no dependa todo el día de nosotros, que no nos quite mucho tiempo y no necesite muchos cuidados. Él tiene su arena, su comida, se limpia, no hace falta que lo saques a pasear? Y para ello el gato es perfecto. Además no hacen ruido, lo que va genial en una comunidad de vecinos", explica Juan Carlos San José.
Los animales que llegan a las instalaciones deben pasar por un periodo llamado "cuarentena". Para ello se les aparta del resto durante unos 20 días de media para que puedan ser esterilizados y pasen los controles y tratamientos veterinarios correspondientes. Además, también necesitan un tiempo para adaptarse al que será su nuevo hogar, aunque sea con suerte por un tiempo breve.
En el espacio de los canes hay de todas las edades, razas, tamaños y caracteres.

Con margen de capacidad
Actualmente se compensan el número de entradas con las salidas, por lo que el CAAD no está al máximo de su capacidad. De hecho, el número de perros que se podrían albergar sería cerca de 100 y en el caso de los gatos aproximadamente unos 40 (cuando hay 63 y 26 respectivamente). Es por eso que incluso se pueden permitir tener una parte inhabilitada para reformarla.
Estas salidas se pueden dar de dos formas, o bien con las adopciones o bien con las recuperaciones. En el primer caso, en 2014 se llegaron a adoptar 547 animales, de los cuales 294 fueron perros y 253 gatos. Aquí juega un papel muy importante el programa de adopción, que va a muy buen ritmo. De hecho, el perro más antiguo que está en el centro está a punto de marcharse. Se llama Álex y es un Pastor Alemán. Lleva en el CAAD desde finales de 2013 y por fin ha encontrado unos amos. Ahora, todos los animales que quedan son de finales del año pasado. Pese a que los adoptantes sean principalmente de Terrassa, también llega gente de las inmediaciones como de Sabadell o Matadepera. Por otro lado la Policía Municipal acude regularmente al centro y si encuentra un can que le interesa lo adopta porque tiene un convenio con la administración.
En cuanto a las recuperaciones, el año pasado fueron 189 perros, lo que equivale al 35%. En este caso el factor más importante es el chip, ya que permite saber los datos del propietario y localizarle. En el caso que este no quiera ir a buscar al animal, el caso se envía a la Generalitat que le aplica la sanción correspondiente y la mascota pasa al programa de adopción.
Para recuperar un animal se deben pagar 22,55 euros si va con chip o 41,01 en el caso que no lleve, ya que se lo habrán puesto en el centro. En cuanto a las adopciones, en el caso de un perro cuesta 66,64 euros mientras que un gato sale por 22,55. A pesar de ser una instalación municipal, el CAAD también tiene acuerdos con otras localidades como Matadepera o Rellinars para acoger las mascotas perdidas.
El presupuesto anual del CAAD es de 370.000 euros y se financia mediante la aportación municipal y las tasas que pagan tanto los ciudadanos (con recuperaciones y adopciones por ejemplo) como las de los municipios a los que se prestan servicios. La titularidad del centro es municipal, y la gestión recae en manos de Eco-Equip.

Diferencia con el resto del territorio español
Los datos ofrecidos por el CAAD difieren de los obtenidos por la protectora APA Huella Canina de Viladecans. Según su informe, el pasado año 2014 en España se abandonaron más de 150.000 mascotas, un número que a lo largo de este 2015 no ha pardo de crecer. Primavera y verano son las estaciones donde la protectora ha registrado mayores picos de abandono, que "se ha incrementado con los años más duros de la crisis económica y, en este punto, los perros han sido los peor parados", afirman desde APA Huella Canina. Frente a otras mascotas, como los gatos, que han sufrido un crecimiento de abandono del 0,8%, los perros han experimentado un incremento del 20%.
Con la crisis han surgido nuevas razones que dan los propietarios a la hora de abandonar a su animal, según la protectora Barcelonesa. Entre éstas destaca la de muchas familias jóvenes que tienen que regresar a casa de sus padres y asegura no poder llevárselo. Otro motivo es también que se han roto muchas parejas y tras la separación nadie quiere hacerse cargo de una mascota que adquirieron juntos. Finalmente otro factor derivado de la crisis es el paro, que lleva a muchos dueños a excusarse con el motivo que no pueden hacerse cargo de los gastos.

Combatir el calor
– Se recomienda que el animal tiene tenga agua limpia y fresca
– Evitar exposiciones directas al sol en las horas más calurosas del día
– Evitar que el animal realice grandes esfuerzos en las horas de mayor calor
– En el caso de tener que dejar a la mascota en el vehículo, se tendrá que tener en un lugar controlado que no pueda presentar ningún riesgo
– Si se tiene que hacer algún viaje, ventilar el vehículo antes de subir al animal
– Realizar las paradas suficientes con el fin de que no se estrese
– Realizar baños refrescantes

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