Josep Daví y Jesús Fluriach iniciden en la necesidad de abundar en el concepto de la logística, actividad que también está presente en el nombre de este gremio. Es el conjunto de los medios necesarios para llevar a cabo el fin de transportar unas mercancías y que alcanza a todo el procedimiento. “La economía de toda la cadena de suministro implica el almacenamiento, todo un proceso de mejora, de aportar un valor añadido al producto… No se trata sólo de trasladar la mercancía, sino de cuidar aspectos como la protección y el embalaje”.
En la logística pueden entrar en juego muchos factores, como el “picking”, que consiste en partir de una lista de artículos y ubicaciones en las que se encuentran, e ir recogiendo las unidades que especifica la lista para conformar uno o varios pedidos. La operación puede ser costosa y de dificultad técnica cuando hay una disparidad de productos.
Por lo tanto, apuntan Daví y Fluriach, “la logística implica pensar cuál es la mejor manera de distribuir una mercancía y en las condiciones más factibles”. Así, la planificación logística es vital en este sector. “No es lo mismo trasladar alimentos que productos que conllevan peligrosidad. Si ese transporte llega a buen término es que ha reunido todas las garantías”.
Zonas urbanas
Ambos inciden también en la importancia de la logística urbana. “Un supermercado de cierto volumen situado en el centro de una ciudad puede mover unas 60 toneladas diarias de productos, que no son pocas. Uno de los problemas más frecuentes para los transportistas en casos como éste estriba en los horarios de acceso y en la plena disposición de las zonas de carga y descarga, que a veces están ocupadas incorrectamente por otro tipo de vehículos”.
Por ello, opinan que es preciso adecuar las políticas urbanas de sostenibilidad medioambiental con la necesidad de abastecer a los establecimientos situados en áreas restringidas al tráfico. “Es un asunto complejo que no siempre favorece al transportista cuando ha de entregar unas mercancías en un plazo determinado”.