Un hombre ha sido condenado a cuatro meses de prisión por humillar a la cajera de un supermercado con comentarios xenófobos.
No hubo un solo incidente, sino varios. La trabajadora, de origen colombiano, fue sometida “a numerosas situaciones de humillación” en el 2008 y el 2009. El autor era un cliente del súper que le lanzaba expresiones despectivas de corte xenófobo. Uno de los comentarios referidos por la sentencia, difundida por la agencia EFE, es éste: “yo, es que odio a los inmigrantes, los pondría en un barco, les pondría una bomba y los mandaría a tomar por culo”. Otro: “se tendría que ir a su puto país”. Otro: “yo, por la caja de esa pringada no paso”.
La resolución, del juzgado de lo penal número 3 de Terrassa, dice que la víctima padeció las afrentas delante de otros empleados y de clientes y que el autor de los hechos quiso menospreciarla por su origen colombiano. La magistrada descarta que el acusado incurriese en una mera falta de vejaciones y recalca que fue autor de un delito contra la integridad moral, ya que la situación “fue claramente vejatoria y produjo un padecimiento psíquico” y las expresiones eran de naturaleza “degradante y humillante”.
Manifestación xenófoba
La insultó “única y exclusivamente por su condición de inmigrante”, lo que revela “una clara manifestación xenófoba contra la mujer y una voluntad del acusado claramente vilipendiadora”. No son hechos leves, añade la resolución.
La cajera soportó las frases hirientes, según dijo, porque quería conservar su empleo. La sentencia resalta que “no hace falta ser inmigrante para valorar todo lo que significa tener y mantener un lugar de trabajo, por lo que soportar en silencio, esto es, callar todo lo que le sucedía, no resulta algo especialmente anómalo ni especialmente extraño, tanto por la voluntad de mantener un trabajo como por su condición de víctima de un delito de odio”. El fallo incluye el pago de una indemnización de novecientos euros a la víctima.
