Juli Soler, terrassense de nacimiento e impulsor junto a Ferran Adrià del restaurante El Bulli, de Roses, que fue reconocido como el mejor del mundo antes de su cierre en 2011, falleció en la madrugada del lunes a los 66 años a causa de la enfermedad neurodegenerativa que le afectaba desde hacía unos años y que lo obligó a dejar en 2012 sus funciones al frente de elbullifoundation (aunque siguió siendo su presidente de honor), según informaron fuentes próximas a la familia. La capilla ardiente de Soler, que falleció en su casa de Rubí rodeado de su familia, se instaló ayer en el tanatorio de Terrassa. La ceremonia fúnebre está prevista para las cuatro de esta tarde en el templo multiconfesional del cementerio de Terrassa y a continuación el entierro se llevará a cabo, sobre las 5.30 de la tarde, en el cementerio de Rubí.
Adrià llegó a la cocina de este establecimiento de Roses cuando Soler ocupaba el cargo de director y ambos se asociaron para desarrollar un nuevo concepto gastronómico que acabó plagado de numerosos reconocimientos internacionales. Después de todos esos éxitos, los responsables de El Bulli decidieron dar un nuevo giro de tuerca a su proyecto e idearon una fundación que ocuparía el mismo espacio que el restaurante y que se dedicaría a la investigación culinaria.
Juli Soler, nacido el 31 de mayo de 1949 en Terrassa, falleció a causa de una enfermedad neurodegenerativa contra la que combatió durante los últimos años. La familia de Soler y el propio fallecido mantuvieron la evolución de la dolencia en el ámbito íntimo, aunque durante este tiempo recibieron siempre muestras de apoyo de Ferran Adrià y de diferentes personas vinculadas a la gastronomía.
Soler recibió un galardón de reconocimiento el pasado mes por parte de la Estación Náutica de Roses. Los empresarios de esta localidad de la Costa Brava premiaban así la trayectoria de Juli Soler y su vinculación al municipio.
El conseller de Cultura, Ferran Mascarell, expresó ayer a través de un comunicado su pésame por la muerte del restaurador, del que destacó "su alto valor humano, preocupándose siempre por el bienestar de las personas que tenia a su alrededor, y su apuesta por la creatividad y la originalidad". El conseller añadió que Soler "ha sido una de las grandes figuras del mundo de la cocina catalana que ha contribuido a la difusión de la cultura gastronómica de nuestro país a nivel nacional e internacional".