Terrassa

El arte de tejer sale a la calle

Los ciudadanos que transitaron el sábado por la tarde por la plaza de Saragossa se vieron gratamente sorprendidos por el cambio de “look” que iba tomando este espacio con motivo de las actividades del décimo aniversario del Día Mundial de Tejer en Público. Pequeños y adultos se convirtieron en tejedores por unas horas y sus artículos de lana decoraron con piezas de formas y colores la plaza, su mobiliario urbano, y la fachada del Arxiu Tobella.

La obra creativa, aunque efímera, fue el resultado de la actividad organizada por la asociación Sesta Foresta Artesans y el Centre de Documentació i Museu Tèxtil de Terrassa (CDT). Mireia Fages, responsable de la entidad y Helena Peña, del aula didáctica del museo, explicaron que la idea de esta acción textil es hacer visible el arte de tejer y darle el valor que le corresponde. En este sentido Fages subrayó que “la tejeduría va más allá de las labores tradicionales con las agujas de ganchillo y media. Ahora se apuesta sobre todo por el reciclaje y la reutilización de materiales para darles una vida nueva”.

Fages ejemplarizó que los jerseis viejos se pueden aprovechar para muchas cosas, desde hacer artículos para la decoración -como los pompos de lana de colores que se vieron en la plaza- hasta complementos como bisutería y bolsas de mano. Y todo ello es mejor hacerlo de forma compartida, relacionándose. De hecho, la celebración Día Mundial del Tejer en Público -recordó esta artesana- fue impulsada por una mujer, Danielle Landes, para mostrar que esta labor no tiene porqué ser una cosa de personas mayores ni solitaria sino que es para todas las edades y que puede ser muy socializadora. El espíritu de Landes estuvo presente durante la tarde del sábado en la plaza de Saragossa y reunió a un grupo de personas de edades diversas. Emma y Queralt, de 10 años, habían realizado pompones de lana para la decoración del espacio urbano, para después introducirse en el tejido de lana en telares de miniaturas realizados con madera.

Para ambas la faceta del tejer resultaba “entretenida y divertida”, y no era la primera vez que la ejercían. “Yo hago pompones de lana para que juegue mi gato”, contó Emma. “Y yo para adornar mi habitación o para hacer un regalo a mis amigos”, añadió Queralt. Productos para jugar, decorar, de regalo y también para que tengan una utilidad. Miguelina Valencia, participante también en el taller, tejía con las agujas una bolsa de lana para la bicicleta. “Yo me he aficionado hace poco e intento elaborar cosas prácticas”. Miguelina destacó que lo que más le atrae de esta técnica artesanal es que “tiene la virtud de ser terapéutica, relajante”. A su lado, Virtu Ruiz, maestra de profesión, coincidía con las palabras de su compañera y avanzó que se planteaba introducir la tejeduría en los talleres escolares. “Estoy viendo aquí, en la plaza, que los niños guardan mucho silencio por lo que estas técnicas artesanales con la lana deben tranquilizar. En la escuela tenemos talleres de pintura, de plástica… ¿Y porqué no de tejeduría? Podría servir al mismo tiempo para explicar la historia de la industria textil de la ciudad”.

La aportación de Sesta Foresta Artesans al Día Mundial de Tejer en Público no fue puntual. Esta asociación de artesanos, situada en la calle de Sant Leopold, nació hace cuatro años y desde hace tres se implica en esta celebración y colabora en muchas otras de carácter ciudadano y artístico. Así, en otras ediciones, ha organizado talleres de tejeduría y decoración en las plazas Didó, Ventalló y Salvador Espriu, así como en la plaza del Centre de Documentació i Museu Tèxtil.

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